La burbuja inmobiliaria se desinfló
Hace tiempo (meses) que venía diciendo en este blog que estábamos ante una burbuja inmobiliaria. Y que un día u otro se deshincharía. Bueno, pues ya ha sucedido.
Por suerte, todo apunta a que es un proceso benigno. No hay explosión, hay desinflado progresivo. Aunque el comportamiento del mercado no es uniforme. Las viviendas, y en especial las de costa y segunda residencia, están sufriendo un parón más drástico; los locales, oficinas, centros comerciales, y naves industriales, están sufriendo menos.
Los bancos están siendo más restrictivos, quizás demasiado, como si ahora quisieran hacerse perdonar todos los pecados de las épocas dulces (incluso alocadas) en las que han financiado sin problemas a diestro y siniestro, cualquier cosa a cualquiera, con tasaciones de más del 100% de los valores reales de los inmuebles.
La economía se va a resentir, pero debemos dar gracias de que esta burbuja por fin se haya disipado.
Hacer negocio en el mundo inmobiliario será, a partir de ahora, cosa de profesionales, no de cualquier aficionado con un poco de descaro y desparparjo como ha sido en los últimos años.
Los beneficios que se pueden esperar serán industriales (el 10-15% del capital invertido), pero no especulativos, como han sido hasta ahora.