El mundo se pregunta cómo es posible que un país tan respetado (hasta ahora) como Estados Unidos, pueda haber elegido (¡por segunda vez!) a un presidente como Donald Trump.
Todo el planeta se temía lo peor, pero pensábamos “perro ladrador, poco mordedor”. Ya pasó un poco así en su primer mandato. Pero él se empeña en demostrar que no sólo ladra, sino que también muerde.
Su enorme ego, unido a la simpleza de sus ideas, lo hace imprevisible a la vez que pernicioso.
Está acabando con la imagen de EEUU de un país serio, democrático, que respeta las reglas, que es generoso e inteligente, que sabe equilibrar el soft y el hard power. Está acabando con la diplomacia y con el respeto a los derechos humanos. Su política de matón lo asemeja a quienes han estado en las antípodas de su país en el pasado: la Rusia de Putin o la China de Xin Ping. Y las consecuencias las sufrimos todos los demócratas dle mundo. Y en especial la vieja Europa.
Para resolver el problema del déficit de la balanza comercial de su país (que en gran parte está compensado por el superávit de la balanza de servicios), ha echado mano de una solución fácil pero muy negativa a medio y largo plazo: la imposición de aranceles punitivos. Está declarando la guerra comercial al resto del planeta. Es la solución del niño mimado que ha sido y es: echar la culpa de sus problemas (los de su país) a los demás, y buscar un atajo que no existe para resolverlos.
Como esta semana estamos viendo en un video que se ha hecho viral, ya el republicano Ronald Reagan tuvo que responder a los políticos norteamericanos de pensamiento primitivo que los aranceles no solucionan los problemas, sino que los agudizan a medio y largo plazo.
Lo único que puede pasar es que se dé cuenta del estropicio que está causando, para el mundo y para su propio país. Que puede hundir su economía y su imagen de país serio, amable y dominador.
O que otros le hagan darse cuenta; por las buenas o por las malas.
Mientras tanto, la incertidumbre está servida. Quien pilota la nave del planeta está loco. ¡Que alguien le quite los mandos, por favor!
Mientras la deuda está en dólares los EEUU tienen la máquina de su producción, no?!
Al problema de los aranceles parece que se suma la pérdiva de valor de la deuda pública norteamericana. Se están registrando ventas que hace que suban el tipo de interés. China es el principal acreedor de deuda y en algún momento podrían querer vender para diversificar o para fastidiar a Trump. Sería preocupante que la deuda dejara de ser un puerto seguro cuando hay problemas y peor que hubiera miedo a que Estados Unidos no pudiera pagarla.