Bangalorizarse
Desde que la India se ha convertido en la Meca de los servicios, y los bancos, las eléctricas, las aseguradoras y las empresas de medio mundo están mandando allí sus servicios informáticos o sus centros de llamadas, he leído a menudo el término de bangalorización como sinónimo de deslocalización. La ciudad india de Bangalore representa todos los valores que están desplazando parte de esos procesos a países más baratos e igual de eficientes.
En Bangalore crecen las empresas de servicios a distancia que, gracias a los avances en materia de comunicaciones, llegan a los Estados Unidos y a Europa con la máxima eficiencia.
También hay Bangalores en Rumania, en Marruecos, en México e incluso en Argentina.
Las empresas son bangalorizadas y cierran sus servicios en Europa o los Estados Unidos, para pasar a realizarlos desde países más baratos. Estados Unidos ya lo ha notado, y Europa ha sido menos impactada porque algunos servicios se escudan en la barrera idiomática, pero los países angloparlantes bangalorizan a la India, Alemania lo hace a los países del Este de Europa, y España a Latinoamérica.
Del mismo modo que la industria nota la deslocalización, en especial a la China, los servicios van a notarla, aunque sea en menor medida, y en especial a la India.