Bolsas: miedo y euforia
Estamos ante una situación extraña en los mercados financieros: una mezcla de miedo y euforia, casi al 50%.
¿Quién parece que gana, por ahora? Sin duda la euforia. Pero no desaparece el miedo.
¿Pero, miedo a qué?
Miedo a factores externos, como los riesgos geopolíticos (terrorismo, Irán, Iraq, AlQaeda ), la escasez de materias primas (en especial el petróleo) o el riesgo de la pandemia de la gripe aviar Y miedo a factores intrínsecos al propio mercado, que no ha parado de subir en los últimos tres años, y ya hay quien saca a relucir los años previos al 2000, cuando se alimentaba la burbuja de Internet en las bolsas.
Si existe ese miedo, ¿por qué las bolsas siguen subiendo?
Porque por hay mucho dinero entrando a la bolsa, porque no hay una alternativa mejor para la liquidez, por ahora. Y porque el fenómeno de la globalización está impulsando el precio de las empresas. Al menos el de las buenas empresas, estén en bolsa o no. En todos los sectores se está acelerando el proceso de consolidación. Hay que ser global, hay que ser más grande. Ocurre en energía, comunicaciones, contenidos, automoción, acero, etc., etc. El resultado es obvio: el precio de las empresas está al alza. La situación es de euforia. Sólo contenida por los miedos citados.
La bolsa es como un Ferrari acelerado, pero con el freno de mano puesto.
¿Qué pasará en el futuro?
Si se quita el freno de mano (desaparecen o se diluyen los miedos), ¿hasta donde puede llegar ese Ferrari? En mi opinión podemos ver un acelerón en la bolsa como nunca se ha visto.
Si no se quita el freno de mano, e incluso se aprieta más, ¿calará el motor? Y si es así, ¿cuánto costará volverlo a poner en marcha y que vuelva a alcanzar la velocidad de crucero?
Se admiten apuestas.
¿Ganarán los miedosos o los eufóricos?
El que apueste por la euforia y gane, puede ganar mucho. Pero también puede perder mucho si vence el miedo, y en especial si se demuestra que los miedosos tenían razón.
Pero si los miedosos no tienen razón, dejar de apostar por las bolsas puede ser dejar pasar el mejor tren de ganancias en muchos años.
Es por eso que la cuestión final es ¿prefiere usted perder o dejar de ganar?