Christmas in New York (2)
No voy a decir nada nuevo, pero cuando uno se pasea por las tiendas de esta ciudad, como en la mayoría de grandes ciudades, la sensación de "deja vu" es generalizada. El mundo es un gran y único país.
Creo que se ha producido un desplazamiento de conceptos. Me explico. Antes hablábamos de los barrios, las ciudades, las regiones, los países y el mundo. Ahora estamos ante una nueva equivalencia: mundo=país, país=región, región=ciudad, ciudad=barrio.
Sé que lo que acabo de decir suena a extraño y a heterodoxo, pero quien me esteis leyendo paraos un momento a pensarlo.
Antes necesitábamos 8 horas para ir de un lado a otro de un país. Ahora, en ese tiempo, nos movemos de un lado a otro del mundo.
Antes íbamos de un lado a otro de una región en el mismo día, para volver a casa. Ahora lo hacemos de un lado a otro de un país. Las regiones se han convertido en ciudades. Las ciudades en barrios de la gran ciudad-región.
Yo vivo en Catalunya, un país/región dentro del país España. Catalunya se está convirtiendo en una gran ciudad, con calles en Tarragona, La Seo de Urgell o Barcelona.
Hemos de cambiar nuestra visión del mundo y de nuestros propios países. Nos afecta a las personas. Hoy estoy en casa de mi hijo en Nueva York, preparando la cena de Nochebuena, como lo podría hacer en Barcelona. Acabamos de ir a comprar vino a una bodega cercana donde había bastantes vinos españoles, que luchan aquí con los mismos competidores con los que han de luchar en la Diagonal de Barcelona o en la calle Serrano de Madrid (franceses, argentinos, italianos o el resto de productos españoles).
Ya es una realidad que el mundo es el mercado. Por si alguien no lo sabía. Cómo compaginar la visión global (inglés) con la visión propia de cada uno (etiqueta en español y sabor a tradición y cultura diferenciada) es el gran reto. Ser barcelonés, catalán, español y global, a la vez. De eso se trata. Dándole a cada ámbito el énfasis que toca.