Comentario a la situación del mercado bursátil a finales de Junio 2006
Reconozco que estoy pasando una etapa de despiste. Y de miedo al mercado. La magnitud de la corrección de estas últimas semanas no me la esperaba. Ha sido mayor de lo que esperaba.
Aunque, ahora con más perspectiva, quizás no sea para tanto. Desde el 10 de mayo se han producido dos fases: una de caída a plomo, y otra de alta volatilidad, es decir, de despiste.
Si lo miramos bien, entra dentro de lo normal. Quizás lo único que no entra dentro de lo normal es la caída en vertical sin una causa concreta. Quizás hemos de acostumbrarnos a ese efecto de pequeña explosión de burbuja, que se produce cuando el mercado ha llegado a un grado de presión al alza tal que necesita soltar aire, y desinflarse un poco. ¿Quién inicia esos movimientos? Es un secreto. Pero mucho me temo que son los que se les conoce como manos fuertes en la jerga de los mercados, es decir, las grandes gestoras de fondos y los grandes bancos de inversión.
Esos gestores trabajan con grandes sumas de dinero, inmensas. Y en un abrir y cerrar de ojos pasan billones de dólares o euros de la renta variable a la renta fija, sea a los bonos privados o a las emisiones públicas. Esos movimientos, cuando son súbitos y de gran calado, provocan caídas de las bolsas como la que vivimos el pasado mes.
¿Estarán ya tranquilitos nuestros amigos? ¿Podremos los miserables inversores de a pie volver al mercado del que sus señorías nos han echado?
Justo esta semana pasada parece que se ha tranquilizado un poco la cosa. Quiere ello decir que a los pequeños y medianos inversores (y en eso incluyo al 98% de los inversores españoles, sean privados o institucionales, gestoras incluidas) parece que se nos está volviendo a normalizar el pulso. Las altas volatilidades se han reducido, y los mercados vuelven a tener un comportamiento normal, con alzas y bajas razonables. Pero aún no lo tenemos del todo claro. Aún no nos fiamos. Según se vaya recuperando la confianza, los inversores hormiguitas volveremos al mercado, poco a poco, con temores, pero deseosos de recuperar al menos una parte de la rentabilidad perdida que teníamos acumulada en 2006. Esperamos que los grandes nos dejen.
La cuestión clave es esa: ¿se han normalizado ya los mercados? ¿Se han reajustado al escenario de tipos de interés más altos? ¿En este nuevo nivel vuelven las cosas a su cauce? ¿Pueden recuperarse las cotizaciones al la luz de los buenos resultados empresariales y las numerosas operaciones corporativas? Incluso podemos añadir: ¿Será la evolución de las bolsas ahora que se ha producido el reajuste incluso mejor porque los peligros de inflación se alejan?
Los PER de las bolsas han caído en picado, junto con las cotizaciones. El IBEX tiene un PER-2007 inferior a 10.
Es verdad que los precios del petroleo siguen presionando a las economías occidentales, y pueden traer problemas de sostenimiento del modelo de negocio en algunas industrias (como lineas aereas o automoción). Es verdad que todos los analistas apuntan a una ralentización del crecimiento norteamericano, debida a una menor fuerza del consumo. Es verdad que el alza de tipos de interés apunta a una competencia de la renta fija que traslade fondos de la renta variable, dejando una presión vendedora de fondo que puede volver a aparecer en cualquier momento. Pero también es verdad que los resultados empresariales siguen siendo buenos, y en especial que estamos pasando por un período de esplendor de las operaciones corporativas debido a la llegada avasalladora del fenómeno de la globalización a los mercados financieros. Y esto último creo que no ha hecho más que empezar.
En conclusión, cada inversor deberá apostar por un escenario.
Yo aún no me pronuncio, pero voy a añadir otro elemento de reflexión: ¿es posible que en este entorno de tipos más altos se acelere la caída o al menos el frenazo de los precios inmobiliarios en todo el mundo, produciendo un traslado de fondos de dicho negocio a los mercados financieros, en especial al abrigo de las atractivas salidas a bolsa que se anuncian en todo el mundo? (Quizás provocando otra nueva burbuja a medio plazo, pero ese no es un problema del que ahora nos debamos preocupar). ¿Si es así, será suficiente dinero como para cubrir la demanda de renta fija y presionar al alza las cotizaciones de la renta variable? Quizás sí. Incluso creo que los inversores inmobiliarios, acostumbrados en muchos países a altas rentabilidades, tendrán una tendencia a crear carteras agresivas, donde la renta variables sea preponderante.
Si es así, tenemos por delante un período de alzas interesante. Quizás no tan fuertes a corto plazo (resto de 2006) como lo han sido en los últimos 2 años. Pero un 15% puede ser un alza alcanzable en media en renta variable, al menos en España.
Más allá, en 2007, anticipo un posible escenario positivo: el petróleo se modera, los tipos tocan techo en USA, las operaciones corporativas se disparan en todo el mundo, y el dinero fluye con fuerza dejando el mercado inmobiliario, que se estanca. De ser así, tendríamos un magnífico 2007.
Dios me oiga.