Comentario al comentario del profesor Niño Becerra: ¿habrá una crisis del sistema en 2010?
Ante todo debo agradecer el honor de recibir en este modesto portal digital al profesor Santiago Niño Becerra, al que me refería en el artículo anterior a partir de un artículo suyo.
El profesor Niño ha incorporado un comentario a tal artículo, el cual recomiendo a mis lectores que lean, para enlazar con estas líneas que ahora añado sin ánimo de polemizar, sino de completar unas opiniones que prefiero que queden abiertas, y a las que les animo a añadirse.
La tesis básica que apunta el profesor Niño es que podemos estar a las puertas de una crisis sistémica. Pero ¿es posible que estemos ante una posible crisis del sistema, prevista para más o menos el año 2010? Debo reconocer que yo no soy capaz de negar totalmente tal posibilidad, pero también he de decir que me cuesta creerlo.
Incluso, aunque fuese posible, he de reconocer que me cuesta aceptarlo. Es más, aceptarlo es quizás contribuir un poco a hacerlo posible. Pasan las cosas que la gente cree que van a pasar.
Es cierto que el sistema actual está basado en la economía del petroleo, y que hemos de encontrar otras fuentes de energía que lo sustituyan, y que a la vez hemos de acomodar nuestros hábitos a un consumo racional de energía; y la cuestión es ¿seremos o no seremos capaces de hacerlo?
Quizás a los que ya hemos cumplido los 50, como yo, nos cueste hacerlo, pero estoy convencido que a las nuevas generaciones, mucho más conscientes que nosotros de la insostenibilidad del sistema, están perfectamente preparadas para cambiar a otro, más equilibrado y sostenible.
En nuevo sistema al que se va a llegar está marcado por un menor y mejor consumo de la energía, pero también por un mejor equilibrio del binomio vida laboral-vida personal (en el que las nuevas tecnologías tienen mucho que decir), así como de una redefinición del binomio capital invertido-capital ahorrado.
Son las claves del nuevo sistema social y económico de este siglo que quizás aún están por definir del todo, pero que estoy seguro de que nos sorprenderemos de lo rápido que llegan y son asumidas por la sociedad y la economía mundial, primero de los países desarrollados y luego del resto del mundo. Los nuevos e insaciables "tigres" asiáticos también entrarán en esa nueva economía del equilibrio, incluidos China e India, aunque ahora nos parezca imposible.
En conclusión: soy optimista; no les puedo decir otra cosa a mis hijos...