Cómo se llega a millonario
Ha caído en mis manos un curioso libro publicado en los años 20 del siglo pasado, con el curioso título de "Cómo se llega a millonario". El autor es un tal Federico Climent Terrer, y el editor A. Roch, de Barcelona (España).
Los subtítulos no tienen desperdicio:
Esbozos biográficos de cincuenta milonarios estadiunenses (sic) de los que mayormente han contribuido en nuestra época a la prosperidad de su patria y al incremento de la iqueza mundial.
Libro de ejemplar enseñanza y eficaz estímulo para los jóvenes anhelosos de éxito en los negocios y en la vida.
Con esos subtítulos ya está dicho casi todo. No tienen desperdicio ¿no te parece?
La primera biografía es la de Andrés (sic) Carnegie y la última la de Juan (sic) N. Willys. Muchas de las empresas que dominan el mundo aún hoy proceden de la iniciativa de esos 50 millonarios del libro. Hay nombres más conocidos que otros; por ejemplo, Rockefeller, Edison, Bell, du Pont o Vanderbilt.
La moraleja de todas las biográfías es similar: esforzándose y teniendo imgainación e iniciativa, cualquiera puede ser millonario.
En la de Juan (sic) Davidson Rockefeller (el rey del petróleo) encontramos joyas como éstas:
A los 9 años ya crió y vendió por su cuenta dos pavos en la granja de sus padres.
Apenas estudió y a los 16 años empezó a trabajar de botones y sin sueldo.
A los 20 años emprendió su propio negocio con un socio.
A los 22 años creo una sociedad para dedicarse al refinado y venta de petroleo, viendo en este último unas posibilidades enormes que entonces nadie suponía.
Más tarde crecieron las refinerías como setas, haciendo que la mayoría entrara en quiebra. Rockefeller redobló su apuesta, creando la mítica Standar Oil Company, y comprando la mayoría de las refinerías en quiebra o en dificultades.
Lo demás es historia.
A los 55 años se retiró, con una fortuna de más de mil millones de dólares (de aquella época).