Cuando a las “cuentas” las llamábamos clientes, y a los “recursos” los llamábamos personas

He practicado la consultoría durante casi 30 años y, en los últimos 10 años, he padecido la degradación lenta pero continua de la cultura profesional de las firmas consultoras, arrastradas por la inclusión indiscriminada de la consultoría en el saco del resto de los servicios generales, y en especial de los servicios informáticos, e incluso aún más, la confusión entre los conceptos de consultoría y de “body shopping” o cesión de personal.

La culpa en parte ha sido de los propios consultores, que hemos dejado que se le llame consultoría a cualquier cosa. Todo es “consulting”. Aunque tenga muy poco de consultoría profesional.

También ha sido más fácil vender “sudor”, es decir, horas de personas, que vender “inteligencia”. Para vender sudor se necesita menos cualificación que para vender inteligencia.

Como resultado de esa cuesta abajo, hace tiempo que en el sector se habla de “recursos”, en general, para referirse a las personas que practican la consultoría, a los consultores y consultoras, en especial a los más jóvenes. “Recurso” es un término peyorativo, acorde con un sector que ha perdido en gran parte el respeto en si mismo, que ha perdido el orgullo profesional, y que se ha mercantilizado. Sólo cuentas los números. Pero no los resultados que se consiguen, sino los “recursos” que se venden. Donde al cliente no le importa que le ayuden a diagnosticar y enfocar la solución a un problema, sino que le asignen los recursos que ha comprado. Consultores como si fueran cabezas de ganado. Sobre todo que no me pongan carne de segunda. Se compran y se venden “recursos”. Atrás quedan los tiempos en que se compraban y vendían resultados.

A los clientes, por otra parte, se les llama “cuentas”, adoptando un término totalmente impersonal y quizás pretendidamente más “comercial”; en cualquier caso, mucho menos profesional.

Las cuentas y los recursos no tienen “alma”; los clientes y las personas, sí.

¿Volverán a encontrar esas almas perdidas?