Daños colaterales
La crisis en España está trayendo daños colaterales. Uno de ellos es el crecimiento de la economía sumergida.
Leo hoy en La Vanguardia que 2.819 trabajadores o empresarios autónomos se dieron de baja del registro de la Seguridad Social en el mes de julio.
Supongo que es el último recurso de quienes ven reducirse su negocio hasta extremos que le hacen imposible pagar los casi 300 € mensuales de cotización como autónomos. Se trata de sumergirse o morir. A la espera de tiempos mejores.
Las consecuencias son obvias: menores cotizaciones a la Seguridad Social y aumento de la economía sumergida, una enfermedad de nuestra economía que creíamos condenada a la desaparición y que esta crisis le dará un impulso que nos hace prever que la tengamos aquí por muchos años. En ese contexto no es de extrañar que haya regiones de nuestro país donde pagar impuestos sea una rareza.