¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos? El mundo está perdido
He de reconocer que hoy estoy más negativo que otros días.
Parece que se confirma que la recuperación, cuando se produzca, que aún no sabemos cuándo, difícilmente será en V, sino probablemente en U, sin descartar que lo sea en L.
El coronavirus sigue vivito y coleando en todo el mundo, incluidos aquellos países que parecía que lo habían vencido. Por ejemplo Singapur.
Las bolsas hoy vuelven a caer, ante el oscurecimiento de las perspectivas.
El desasosiego social es creciente y el orden mundial se tambalea, apuntando a un futuro aún más incierto. Como ejemplo, la decisión de Trump de dejar de financiar a la OMS.
En mi país los políticos continuan enfrentados, olvidándose de que los ciudadanos los queremos unidos contra el enemigo común que es este maldito COVID19.
Además, como ejemplo de la inquietud que indico, veo a multitud de analistas empezando a hacer balance y a hablar de un período de recuperación que yo veo muy lejano y aún muy incierto.
Por último, leo un artículo de una revista americana en el que instan a que no nos hagamos ilusiones, y que contemos con que este período de excepcionalidad se alargará por todo lo que queda del 2020.
Y, para colmo, mi coche no ha arrancado cuando iba a ir al supermercado; su batería se ha descargado, a pesar de ser casi nueva, debido a los muchos días que no se ha usado.
Lo dicho, un mal día.
(Me voy a leerle un comic de Obelix a mi nieto, que ayer cumplió 7 años)