El dinero no cuesta nada, porque los tipos de interés se sitúan en mínimos, y no hay perspectivas de que suban en un futuro próximo. La rentabilidad, más que nunca, hay que buscarla en el riesgo. En los tiempos de incertidumbre en los que vivimos, eso exige inversores valientes. Y gestores de esas inversiones que sepan actuar en este entorno.
El dinero no vale nada
El dinero no vale nada
El dinero no vale nada
El dinero no cuesta nada, porque los tipos de interés se sitúan en mínimos, y no hay perspectivas de que suban en un futuro próximo. La rentabilidad, más que nunca, hay que buscarla en el riesgo. En los tiempos de incertidumbre en los que vivimos, eso exige inversores valientes. Y gestores de esas inversiones que sepan actuar en este entorno.