Las empresas no dudan en decir que a los clientes hay que retenerlos y fidelizarlos, pero ¿quien no ha experimentado en sus carnes la amarga sensación de que no le importamos nada a una empresa de la que somos clientes?
El milagro de ser atendido
El milagro de ser atendido
El milagro de ser atendido
Las empresas no dudan en decir que a los clientes hay que retenerlos y fidelizarlos, pero ¿quien no ha experimentado en sus carnes la amarga sensación de que no le importamos nada a una empresa de la que somos clientes?