El mundo en 2015: 8. Personas, pocas y buenas, pero más caras
8. Personas, pocas y buenas, pero más caras
Las organizaciones más exitosas de los últimos tiempos se han basado siempre en las personas. Pero, durante el siglo XX, las personas que contaban eran básicamente las de la clase dirigente. Se trataba de un mundo predecible, y de organizaciones jerarquizadas.
Ahora vamos cada vez más hacia organizaciones planas, poco jerarquizadas, orientadas a la economía del conocimiento y del servicio. En las que cada vez es más importante lo soft que lo hard en los componentes de valor de sus productos.
La escasez de personal cualificado va a ser creciente, en paralelo a la demanda creciente de dicho personal, como elemento diferencial en el camino a la excelencia.
Pero, además, vamos a tener que mentalizarnos de que no debemos hablar de personal en abstracto, sino de las personas en concreto. Y no debemos hablar de trabajadores, sino de colaboradores profesionales. Del mismo modo que el insigne López de Arriortúa nos sorprendió a todos promocionando al obrero al papel de Sr. Trabajador, ahora todos debemos pasar de hablar del empleado anónimo al Sr. Colaborador Profesional, individualizado e independiente.
Las plantillas de las empresas seguirán tendiendo a reducirse, los departamentos de varias personas, gracias a los nuevos sistemas, racionalizados e integrados (ahí el paradigma ha sido SAP, y en general todos los ERPs) tienden a reducirse, a veces a una sola persona. Una persona hace todo. Y es su propio jefe. Reporta a quienes sirve como un proveedor reporta a un cliente, y es supervisado y pagado con criterios basados en los resultados. Ese modelo va a generalizarse cada vez más.
No es que el concepto de equipo desaparezca, pero quedará parcialmente superado por el concepto de individualidad responsable, cualificada y brillante. Es así como llegamos al concepto de moda: TALENTO.
La localización y atracción de personas con talento, es decir, con una adecuada combinación de actitudes y aptitudes, de inteligencia, sobre todo emocional, y de experiencia enriquecedora, va a ser, más que nunca, la tarea esencial que conduzca al éxito empresarial, a la diferenciación frente a los clientes, a la operativización de estrategias ambiciosas que permitan destacar de la feroz competencia y proporcionarle a clientes y accionistas el VALOR DIFERENCIAL que esperan.
Los empleados de talento van a actuar cada vez menos como empleados y más como empresarios de sí mismos. Se venderán al mejor postor. Lucharán e invertirán lo necesario para mantener su empleabilidad, para ser un producto apetecible. Es obvio que todo ello conllevará un cambio radical en las relaciones laborales.
Lo que es obvio también que el talento se cotizará al alza, y que su precio no será sólo dinero, sino flexibilidad, participación, aprecio, ambiente laboral, apoyo, etc. Muy importante la posibilidad de compaginar trabajo y familia.
En el transcurso del siglo XXI irán desapareciendo poco a poco los puestos de trabajo no cualificados. No es aventurado vaticinar que hayan desaparecido totalmente para finales del siglo, cuando todas las tareas repetitivas estén totalmente mecanizadas, y se realicen por máquinas o robots. En ese momento la cualificación, el talento, serán la norma y no la excepción. El talento humano se centrará en el diseño y el manejo de las máquinas y robots, y en los servicios a las personas cuando se produzcan situaciones excepcionales que no puedan ser resueltas por las máquinas. La sociedad deberá prepararse a lo largo del siglo para ese gran cambio, y sacar consecuencias positivas del mismo. El reto será preparar a las nuevas generaciones para los nuevos puestos de trabajo. Los que no se adapten quedarán fuera.
Cuando hablamos de talento debemos entenderlo aplicado a todos los aspectos de creatividad, capacidad de análisis y de interacción personal.
En los próximos 10 a 20 años, el precio del talento se doblará en términos reales en relación a los niveles actuales.
Dado el exceso de liquidez actual y previsible a corto plazo, ahora más que nunca los negocios se crearán y desarrollarán alrededor del talento. El talento, más que los recursos financieros o naturales, será quien atraiga y desarrolle los proyectos empresariales más ambiciosos e innovadores.