El mundo en 2015. 9. Recursos naturales agotados
9. Recursos naturales agotados
La demanda de recursos naturales crecerá enormemente, en paralelo al crecimiento económico, sobre todo en las economías en expansión. Países como China son ya actualmente auténticos devoradores de recursos.
La demanda de petróleo, por ejemplo, crecerá un 50% en los próximos 20 años. Y si no hay nuevos descubrimientos o innovaciones radicales en su producción o en su consumo, se agotará totalmente antes de 2050, paralizando la economía mundial y provocando una crisis de dimensiones quizás fatales.
Pero el riesgo de agotamiento no se limita al petróleo. El cobre, el acero, el aluminio, también corren serio peligro de agotamiento en este siglo.
También el agua será un recurso que limitará el crecimiento económico mundial si el crecimiento de la población y sus necesidades per cápita siguen creciendo como se prevé. Salvo que se mejoren los sistemas de obtención de agua, como la desalinización, y se cambien los hábitos de consumo y se mejoren los sistemas de consumo, de manera que baje drásticamente el consumo per cápita.
Por último, la atmósfera que respiramos puede llegar a límites insostenibles, sobre todo en el entorno de las grandes ciudades, llegando a situaciones críticas que las paralicen. Es también obvio que hay que hacer algo para evitarlo.
En consecuencia, estamos ante una amenaza pero también una oportunidad. Todo negocio relacionado con mejora en la obtención o explotación de recursos naturales tendrá unas amplias perspectivas de éxito en este siglo. Ya empezamos a notarlo con el auge de la energía eólica, o el bioetanol, por citar sólo dos.
Los descubrimientos más eficaces en estas áreas, crearán las empresas de más éxito en este siglo. Las inversiones que se realicen, de tener éxito, tienen aseguradas rentabilidades astronómicas. Sin duda será en este ámbito que aparecerán dentro de unos años los próximos Bill Gates.
La cuestión es ¿se llegará a tiempo a obtener avances o soluciones válidas, sea por el lado de la oferta o del consumo? ¿O se retrasarán las soluciones y la demanda excederá tanto a la oferta que se producirá una crisis de agotamiento seria?
Habrá que ver lo que pasa. Y habrá que confiar en el sistema, ser optimistas dentro del realismo y la preocupación, porque no deberíamos haber llegado aquí. Hay quien cree que estamos en un punto sin retorno, pero también hay quien no le da importancia al tema, e incluso hay quien cree que la teoría de la conspiración, y afirma que la solución a los problemas ya existe, pero que poderes ocultos nos privan de disfrutarla.
En cualquier caso confiemos que la solución llegue a tiempo. ¡Cuánto más alto es el precio de un recurso, mayor el incentivo a la inversión en soluciones que incidan en una mayor oferta o una menor demanda!
Esperemos que el siglo XXI acabe con un sistema económico equilibrado y sostenible en el que el crecimiento robusto sea compatible con la explotación de los recursos naturales y el respeto a la atmósfera y el medio ambiente.