El papel de los CEOs y de las grandes empresas en general
Una tarea nada fácil que los convierte en semidioses
Gestionar una empresa no es tarea fácil, si se quiere hacer bien y crear valor para los accionistas. Es algo de lo que pocos dudan y que es evidente, tanto en pymes como en grandes empresas.
Pero las grandes empresas, y sobre todo las empresas cotizadas, están expuestas al escrutinio continuo del mercado, de los analistas y de los inversores que siguen sus consignas, y los gestores, y en especial el CEO, están siempre en el ojo del huracán. La cotización de la empresa se mueve en función de la nota que le pone el mercado a la gestión, y el puesto del CEO depende de esa nota.
Si la empresa no crece, lo castigan.
Si para crecer decide hacer inversiones y para ello recorta o elimina dividendos, lo castigan. Y si, para no rebajar dividendos, se endeuda, lo castigan.
Las empresas (cotizadas o no cotizadas) están obligadas a crecer en un mundo capitalista como en el que vivimos. Pero acertar con el ritmo adecuado de crecimiento es difícil.
Y no solo eso. Los inversores valorarán en qué dirección se plantea el crecimiento y si las expectativas del CEO son razonables o no.
¿Pretende vender nuevos productos a los clientes y países actuales? ¿O pretende vender sus productos de siempre en nuevos países?
Si pretende vender nuevos productos, ¿se basan en una nueva tecnología o en una ya conocida por la empresa? La entrada en nuevas tecnologías, hasta ahora desconocidas por la empresa, suele suponer un castigo en bolsa.
¿Y lo pretende hacer poco a poco con crecimiento orgánico desde la propia empresa o pretende hacerlo deprisa comprando empresas que ya estén en esos productos y mercados a los que quiere ir (crecimiento inorgánico)?
Si el crecimiento es inorgánico, ¿está comprando barato o caro? Si creen que compra caro, lo castigan.
Si los inversores creen no cree en el plan de crecimiento y diversificación de la empresa, ya sea por conservador o por ambicioso, o por desconfianza en la capacidad competitiva de la empresa en los nuevos frentes que se plantea, la castiga.
Lo dicho: mal si no haces nada, pero ojo si lo haces, porque vas a estar sometido/a a escrutinio hagas lo que hagas. Por eso es tan importante estar seguros de cada paso que se da. Y ahí juegan un papel clave el consejo, el comité de dirección y los equipos directivos en general, así como los asesores (y todos ellos deben justificar sus sueldos u honorarios astronómicos).
Es muy importante que el CEO no escuche solo lo que quiere escuchar. A todos los niveles. Le guste o no le guste. Los CEOs capaces de escuchar y valorar las distintas opiniones con los que se equivocan menos. Y quienes trabajan para ellos deben ser valientes y expresar sus opiniones contrarias. Eso sí, bien preparadas y fundamentadas.
Además del proceso de decisión, llegan las etapas de ejecución, comunicación y seguimiento de lo decidido. Tareas todas muy delicadas. Saber ejecutar, comunicar los planes y el avance, y hacer un seguimiento, sabiendo rectificar lo que no funciona, son procesos también muy complejos que están afectando todos los días a la opinión que tiene el mercado de las cotizadas. Y en otras escala, de cualquier empresa, por pequeña que sea. Los problemas de las pymes son los mismos que los de las grandes empresas, pero a menor escala.
Es obvio que en todo ese proceso las posibilidades de equivocarse son enormes. Y es el CEO quien debe mantener el equilibrio y gobernar la nave. Un trabajo tan complejo…
Es “la soledad el manager” de la que hablaba el malogrado Manolo Vázquez Montalbán, al que tuve el honor de conocer hace mucho tiempo. Y lo que sin duda justifica que trate a los CEOs de las empresas más exitosas como auténticos semidioses (estoy pensando en Elon Musk, de Tesla, o en Ignacio Sánchez-Galán, de Iberdrola…).
No podemos olvidar que la riqueza original (con ella empieza todo) la crean las empresas. Y sobre todo las grandes empresas. Nos guste o no, son ellos (dentro del marco legal que fijan los gobiernos, en el que, sin duda, tratan de influir) quienes mueven el mundo, creando empleo (directo e indirecto), remunerando a sus accionistas y pagando sus impuestos (hablando en general).
Apreciado Alex, te agradezco el ofrecimiento, pero yo tengo 68 años y escribo mi blog desde hace muchos años con el único objetivo de compartir mis reflexiones con quien quiera leerlas, y nunca he ido más allá. He tenido propuestas de intercambio como la que me haces pero no he aceptad ninguna, por lo que la tuya debo amablemente declinarla. Un cordial saludo, Paco
Hola Paco! He visto que también hablas de criptomonedas. Sería genial que me añadieses a la sección de "Recomendaciones" de Substack ¿Podrías dedicar 5 minutos a leer la mía a ver si te interesa esa recomendación? Si quieres podemos hablar por Twitter (@AlexPaz0X) o por Telegram si te es más cómodo (@alexpaz96) ¡Gracias de antemano por tu tiempo!