China va a continuar siendo el foco de atención de la economía mundial y en consecuencia de los mercados bursátiles, en 2017. Y en mi opinión lo va a seguir siendo especialmente por la evolución que siga su moneda: el yuan. El gobierno chino está tratando de gestionar el yuan para que su devaluación sea controlada, de manera que permita mantener un ritmo de crecimiento del PIB que sea el resultado de un descenso en el crecimiento de la exportación y un aumento del consumo interno. Los chinos están en lo que podríamos llamar "la 2ª Larga Marcha" (la primera fue la que preconizó Mao Tse Tung hace décadas). Esta es una marcha de cariz económico, que pretende que la economía china disminuya su dependencia de la industria y la aumenten los servicios, disminuya la dependencia de la exportación y aumente el consumo interno, disminuya la dependencia de la industria manufacturera básica y aumente la de valor añadido, disminuya la clase obrera y aumente la clase media, disminuya la importancia del sector público en muchos sectores (en especial en la banca) y aumente el sector privado... y todo ello, por supuesto, sin que cambie el régimen político. Es un reto muy difícil, pero en ello están. De que lo consigan depende la estabilidad de los mercados financieros en el mundo. Y uno de los elementos de regulación clave es el cambio de su divisa respecto al dólar.
El yuan, ¿protagonista en 2017?
El yuan, ¿protagonista en 2017?
El yuan, ¿protagonista en 2017?
China va a continuar siendo el foco de atención de la economía mundial y en consecuencia de los mercados bursátiles, en 2017. Y en mi opinión lo va a seguir siendo especialmente por la evolución que siga su moneda: el yuan. El gobierno chino está tratando de gestionar el yuan para que su devaluación sea controlada, de manera que permita mantener un ritmo de crecimiento del PIB que sea el resultado de un descenso en el crecimiento de la exportación y un aumento del consumo interno. Los chinos están en lo que podríamos llamar "la 2ª Larga Marcha" (la primera fue la que preconizó Mao Tse Tung hace décadas). Esta es una marcha de cariz económico, que pretende que la economía china disminuya su dependencia de la industria y la aumenten los servicios, disminuya la dependencia de la exportación y aumente el consumo interno, disminuya la dependencia de la industria manufacturera básica y aumente la de valor añadido, disminuya la clase obrera y aumente la clase media, disminuya la importancia del sector público en muchos sectores (en especial en la banca) y aumente el sector privado... y todo ello, por supuesto, sin que cambie el régimen político. Es un reto muy difícil, pero en ello están. De que lo consigan depende la estabilidad de los mercados financieros en el mundo. Y uno de los elementos de regulación clave es el cambio de su divisa respecto al dólar.