Empresas como juncos
Las empresas han de ser como juncos. Firmes para ejecutar su estrategia con disciplina, pero a la vez flexibles para adaptarse con rapidez a los cambios. Conjugar la firmeza en el presente con la flexibilidad para adaptarse a los grandes cambios en el entorno es una combinación que pocas empresas son capaces de aunar. La mayoría son buenas en la implantación estratégica a corto-medio plazo, pero no lo son en la adaptación a los grandes cambios. Como consecuencia, cuando sus fuentes de ventaja competitiva se agotan, no son capaces de regenerarlas, y son desplazados de los puestos de liderazgo. Sólo una minoría es capaz de adaptarse a los cambios paradigmáticos de sus mercados, y generar nuevas fuentes de ventaja competitiva. ¿Por qué son tan pocos los casos de éxito? Parece que es porque las empresas se suelen encontrar con barreras a la adaptabilidad que no son capaces de superar. Eric D. Beinhocker, en un artículo en The McKinsey Quarterly titulado The adaptable corporation, apunta tres tipos de barreras: 1. Las personas se resisten a cambiar A las personas les cuesta cambiar. Se produce un círculo vicioso, porque cuanta más experiencia tienen, y por tanto más alto puesto en la organización, porque más útiles son en la ejecución de la estrategia, menos proclives al cambio son, y más difícil hacen que su empresa se adapte a una nueva estrategia. Es un problema que afecta con frecuencia incluso al primer ejecutivo, a quien a veces es más fácil sustituir que hacerle cambiar sus modelos mentales. 2. La complejidad paralizante de las grandes organizaciones Cuanto más complejas y más interdisciplinares con las empresas, más difícil es cambiarlas. Por ejemplo, IBM o HP no fueron capaces de imitar a Dell, aunque su innovador modelo de negocio se demostró altamente exitoso. La solución es diseñar organizaciones más simples y más planas. Quizás en unidades de negocio más pequeñas y con más autonomía. 3, Los recursos limitan Los recursos que poseen las empresas, como su inmovilizado, o sus marcas, son elementos esenciales en la ejecución de su estrategia actual, pero pueden ser un lastre , o al menos una limitación seria, si se quiere cambiar de forma más o menos drástica, y adaptarse a nuevas pautas.
¿Qué se puede hacer para mejorar ese equilibrio entre ejecución y adaptación? La solución es crear una arquitectura organizativa adaptativa, con medidas sobre el organigrama y sobre la cultura organizativa. Sobre el organigrama: -Reducir las jerarquías -Aumentar la autonomía -Incrementar a diversidad Sobre las normas organizativas, fomentar: -La cooperación -Los esfuerzos extras -La innovación El resultado de todo ello es la empresa perfecta que describimos en otro artículo.