Entrar o no entrar en Bolsa, esa es la cuestión
Inversores de todo el mundo deshojan la margarita de la Bolsa, preguntándose si deben entrar o re-entrar ahora o seguir esperando. Los intrépidos, o caerán heridos, o se llevarán la gloria. Depende de que los mercados, tras el terremoto reciente, reservan un temblor más o ya hayan parado.
La angustia es mayor porque podría ser que, tras el aterrizaje suave hubiera una reaceleración en 2007, y quien antes apueste por ella, más disfrutará de jugosas plusvalías. Los expertos dicen que la diferencia entre un resultado excelente y uno vulgar en Bolsa es haber estado invertido más días "gloriosos" (aquellos de las grandes subidas). Perderse un par de días gloriosos es crucial. Claro que lo mismo ocurre en relación con los de las grandes bajadas (los días "penosos"), evitar que te coja muy invertido uno de esos días, también es clave para salvar rentabilidades decentes.