¿Es el alto precio del petróleo una bendición?
El Credit Suisse me hizo llegar hace poco un amplio e interesante documento dedicado a la energía y las expectativas de su evolución y de su impacto en los mercados financieros en los próximos años, en el que entre otros muchos, viene un artículo titulado ¿Es el alto precio del petróleo una bendición?
Ante un título tan provocador no he podido menos que detenerme, porque apunta a una tesis que comparto, y que compartimos muchos: el alza del precio del petróleo actual es lo mejor que nos puede pasar si queremos evitar una crisis energética en el siglo XXI.
Que el petróleo suba es malo a corto plazo, porque puede encarecer muchos productos, y provocar una ralentización del crecimiento mundial, sin duda; pero facilitará a su vez que la inversión en el desarrollo de energías alternativas despegue definitivamente.
La clave del comportamiento mundial es conseguir niveles de ahorro y eficiencia del consumo energético a corto y medio plazo: nuevos materiales, nuevos motores, nuevos sistemas que consuman menos energía, que aíslen mejor, etc. A medio y largo plazo la solución pasa por la utilización de nuevas fuentes de energía que eviten las energías fósiles, que por un lado se agotan y por otro contribuyen a agudizar los problemas medioambientales.
El citado artículo habla de las consecuencias beneficiosas de un petróleo caro, que pasan tanto por una racionalización del transporte (consolidación de las líneas aéreas, mayor uso del ferrocarril, etc.) como por los paneles solares en el techo de las viviendas, las miniturbinas de viento en el jardín o los vehículos híbridos.