Escenarios económicos inmediatos
Hay cuatro factores que están influyendo en estos momentos en la evolución de los mercados financieros:
La evolución del precio del petróleo. Si continuase bajando o experimentase un alza brusca y fuerte, las señales serían negativas. La bajada denotaría debilidad de la economía mundial y el alza dispararía una preocupación por la inflación. La mejor situación es un alza moderada, fruto de un acompañamiento de oferta y demanda. Parece que las decisiones de la OPEP van en el camino de la reducción de la producción y de la recuperación de una senda de precio al alza moderado.
La solución el Brexit, de la que tendremos una idea mejor este próximo martes 11 de diciembre cuando sepamos qué opina el Parlamento británico. Una aprobación del Plan May calmaría a los mercados y supondría una reacción positiva de las bolsas; pero la posibilidad de una ruptura que abocase a una salida no pactada sin duda hundiría las bolsas.
La evolución de la guerra comercial USA-China, que sigue el guión de un culebrón, esta misma semana agravado con la detención en Canadá de la directora financiera de Huawei. No se vislumbra una solución a corto plazo, y los dos escenarios extremos están abiertos: acuerdo y gran impulso a las bolsas, o ruptura y el caos.
Por último pero no menos importante, la evolución de los tipos de interés del dólar. Si la FED frena la velocidad de subida de tipos y la curva se normaliza, manteniendo o rebajando los tipos a corto, iremos bien; pero si sigue con las subidas previstas y la curva de tipos profundiza en la pendiente negativa (tipos a corto más altos que los tipos a largo), entonces tendremos problemas.
En conclusión: estamos en una encrucijada, de la que las bolas pueden salir hacia arriba, o hundirse más de lo que lo llevan hecho en este complejo 2018.
recemos por que no se cumplan las hipótesis más pesimistas.