España va mal
Siempre he defendido la necesidad de trabajar en todo el mundo la marca España. Darle unos valores y un significado digno, que la identificase con lo bueno de este país: la creatividad, el saber vivir, los valore de la familia, el campo y la cultura, la capacidad de hacer productos de calidad y de organizar eventos de éxito, nuestra arquitectura, nuestras infraestructuras, etc. En definitiva, que comunicáramos algo claro, definido, que cualquier ciudadano del mundo identificase con capacidad para hacer las cosas bien hechas, y con país moderno, a la altura de cualquier otro, que lidera algunos sectores económicos a nivel global.
Debo decir que no lo hemos conseguido. De hecho, creo que salvo el avance de nuestras multinacionales, y el eco de los eventos del pasado (Barcelona 92 ya queda muy lejos) ya no es suficiente. Al contrario, estamos ahora, con el impacto de la crisis, dando pasos atrá agigantados. La prensa anglosajona se ensaña con nosotros, devolviéndonos a la época de las cavernas conde quizás algunos piensan que no deberíamos haber dejado.
Tener o no tener una buena imagen de marca es esencial. Ahora nos vamos a enterar de lo que significa no haber apostado fuerte por ello. ¡Qué pena, porque lo sufrimos todos! España no cuenta, España no es nadie.
Las multinacionales cierran sus fábricas aquí sin problemas. Nuestras empresas tratan de introducirse en nuevos mercados y luchan contra el muro de una imagen vacía o a menudo negativa (¿Cómo puede ser que este producto que nos ofrecen sea español? ¿Español....?).
¿Tendremos algún día un plan serio para abordarlo? ¿ O es que es imposible?