Estados Unidos y Europa, modelos diferentes
Los mecanismos sociales y económicos son muy diferentes en Europa y en Norteamérica, aunque a veces pueda parecer lo contrario.
Uno de los aspectos en los que se pone de evidencia esa diferenciación, es el de la flexibilidad social y económica, la rapidez de respuesta y de adaptación a los cambios del entorno.
La economía norteamericana es como un bólido, que acelera y frena con fuerza, y que responde de inmediato a los cambios de volante.
La economía europea se parece más a un camión.
La primera es, en consecuencia, más difícil de dominar, pero más agradecida, porque hace lo que se le pide, y rápido. Si el panorama económico exige abrocharse el cinturón, reducir gastos, bajar sueldos, reducir plantillas, los americanos lo hacen en cuestión de semanas, y los datos del siguiente trimestre ya empiezan a notar la reacción.
La europea es más dócil, pero más lenta, tanto para pararse como para arrancar.
En los últimos años, Europa ha tardado más en recuperar el ritmo económico, pero al final lo ha hecho, y ahora crece incluso a mayor velocidad que la economía estadounidense. Pero no nos dejemos engañar por las apariencias, porque los camiones no adelantan a los Ferraris. O si lo hacen es sólo puntualmente. A largo plazo, el Ferrari se impone.
Yo sigo confiando en la economía norteamericana, y predico con el ejemplo, orientando mis inversiones, en estos momentos, en paralelo a la caída del dólar, en los mercados de aquel país.