Innovar no es un lujo
Innovar no es un lujo, sino una necesidad.
Las empresas han de innovar si quieren crecer y crear valor a largo plazo. Aunque abordar innovaciones, innovar, sea asumir inversiones, distraer recursos del día a día, asumir riesgos en el corto plazo.
Es ahora, en épocas de recesión, de crisis, cuando es más importante que nunca innovar. Las épocas de vacas flacas son el momento en que nuestra empresa ha de destacar sobre las demás, para llamar la atención de los clientes, y atraer una demanda que es más escasa que nunca en estas épocas. Para salirse de las guerras de precios, que suelen acabar con el hundimiento de todo un sector.
El futuro es de los que innoven, de los que reinventen los negocios. De los que descubran cómo dar más por lo mismo, o lo mismo con menores costes, o, idealmente, más valor a menos coste. Es una cuestión de innovar en la cadena de valor, en el modelo de negocio (reinventarlo), y ganar en eficiencia y/o en calidad, de modo que nuestra empresa se desmarque y destaque de las demás. Que juegue en "otra liga"; que juegue con nuevas y mejores bazas.
Como digo, la innovación puede afectar al producto que vendemos, pero también puede afectar a cómo lo vendemos, o cómo lo fabricamos, o cómo nos organizamos para venderlo o fabricarlo, a cualquier eslabón de la cadena de valor.
Se trata de inventarse, dicho de otor modo, una nueva estructura de cuenta de resultados, diferente a los demás.
Pero idear una innovación, y ponerla en práctica, no es nada fácil.
Recoger de abajo a arriba las ideas de innovación que se le ocurran al personal de la empresa (directivo o no), y, sobre todo, hacer que las decisiones de innovación se asuman por los mandos intermedios, y se pongan en marcha, no es en absoluto fácil, como sabe cualquier directivo experimentado.
¿Cómo facilitarlo?
Pues fomentando una cultura interna de confianza mutua, de compromiso con la empresa común, y de respeto a las ideas y al fracaso, a la vez que de premio al éxito.
Yo le aconsejo, querido lector, que presupueste al menos UN proyecto innovador al año, dotándolo de recursos para hacerlo posible, y que le deje a quienes lo promuevan y traten de ejecutar un cierto margen al fracaso.