Acabo de pasar 15 días recorriendo Islandia en mi 4x4. Y ahora mismo estoy leyendo el libro “Crónicas de Islandia” de John Carlin. Tanto una cosa como la otra me hacen aventurar que Islandia es el país más feliz del mundo, y de ahí el título de este post. Un país del que tenemos mucho que aprender. Entre otras cosas, que la igualdad de géneros es posible, y que también es posible sobrevivir sin un ejército, lo que permite tener una economía pública saneada, aunque toda la educación y la sanidad sean públicas y de primer nivel. ¡Y todo ello en un país aparentemente inhabitable…!
La clave, creo yo, es la apuesta por las personas, por el famoso “capital humano”. Y ese capital se cuida con una natalidad realmente apoyada y con una educación y una cultura que son realmente una prioridad social.
¡Y todo eso en un país de unos 360.000 habitantes! Que es una isla, que tiene más de treinta volcanes y que está perdido en el Océano Atlántico, a caballo de Europa y Norteamérica.
El fenómeno del brillante resurgir de Islandia se ha dado desde finales de los 80 del siglo pasado. Hasta la Segunda Guerra Mundial no eran más que una isla perdida y atrasada. Desde entonces hasta los 80 fueron entrando realmente en el siglo XX, y desde finales de los 80 aceleraron su desarrollo, con altibajos, hasta hoy, que son uno de los países de mayor renta per capita del mundo.
Carlin apunta en su libro a que los islandeses han sabido tomar lo mejor de las sociedades norteamericana y europea (sobre todo nórdica) y adaptarlo a sus circunstancias inteligentemente. Aunque se sienten totalmente independientes y sin duda lo son. Siendo un pequeño país, se sienten un gran país. Y quizás lo son. De algún modo me recuerdan a Andorra, salvando las destacables diferencias. Estoy seguro de que los gobernantes andorranos tratan de sacar enseñanzas de los islandeses.
Todos los islandeses están orgullosos de su país, lo cual es una muestra de esa felicidad. Es un país libre, igualitario y seguro; a pesar de no tener ejército y apenas unos pocos policías, la mayoría de ellos sin armas. Me hace pensar en la situación de España, donde existe ese orgullo y esa felicidad, pero estamos lejos de ser una sociedad igualitaria, totalmente libre y segura.
¿Es Islandia el tipo de sociedad al que deberíamos aspirar en la Tierra? Yo creo que sí. Otra cosa es si será alcanzable, y cuándo.
¡Ah! Muy importante: Islandia es el país con mayor índice de lectura del mundo; el país donde más libros se leen. También en eso debemos aprender de ellos.
Y un último dato a tener en cuenta: el país supo reponerse de una enorme crisis cuando en 2008 se hundió su sistema bancario y con él toda su economía. Demostrando su espíritu luchador y optimista, aprovecharon para reinventarse e impulsar de nuevo su modelo económico, sobre nuevos fundamentos, más diversificados, más sostenibles. Y aumentando el espíritu femenino de su manera de hacer las cosas. El resultado es una Islandia, hoy, todavía más próspera y más fuerte. ¡Y lo consiguieron en solo tres años!
En definitiva, merece la pena analizar a fondo el modelo islandés para sacar lecciones que tratar de aplicar en nuestras sociedades. Entre ellas la española.
¡Ojalá!
Fue en Reikiavik donde en 1986 se reunieron Ronald Reagan y el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov. Tal vez fuera la austeridad de la habitación donde se reunieron o el espíritu islandés del que nos habla Paco los que favorecieron importantes acuerdos un tiempo más tarde.
No mucho tiempo antes de su reunión en Islandia, Reagan había denominado a la Unión Soviética “el Imperio del Mal” y Gorvachov, por su parte, había calificado a Reagan de mentiroso.
¿Podría ser Islandia el escenario de un acuerdo para los tiempos difíciles de hoy?
Putin tiene un arma poderosa: el gas. Los Estados Unidos pueden tener inflación y recesión, pero tienen reservas de hidrocarburos y una economía de pleno empleo. Si la Fed, subiendo los tipos de interés, no consigue moderar la inflación, el efecto no será como en Europa: aquí no tenemos reservas de hidrocarburos, no tenemos pleno empleo, pagamos el gas a EEUU más caro por la revalorización del dólar y el BCE lo tiene complicado por los equilibrios que tiene que hacer.
Ojalá los vientos del espíritu de Islandia nos lleguen a tiempo para encontrar soluciones.