¿Jubilarme? No, gracias
Ahora que se debate la edad de jubilación, en España y en Europa, me gusta encontrarme con amigos, colegas, que comparten conmigo la idea de que la jubilación, entendida como la separación total del mundo del trabajo y los negocios, no va con nosotros. Nosotros pensamos morirnos con las botas puestas. Lo cual no quiere decir que nuestro ritmo de trabajo no deba acomodarse a los años. Estar en activo es estar vivo. No entiendo a los que anhelan dejar de trabajar, para dedicarse a no hacer nada. A mi me sería imposible.
Hoy me ha visitado un amigo italiano a quien conozco hace muchos años. es ex consultor de McKinsey. Ahora, en la mitad de la sesentena, sigue como socio de una empresa de soluciones de software administrativo-financiero (líder en Italia en su género) y preside una asociación en el ámbito de la gestión de tesorería en Italia, a la vez que está en el consejo europeo en la materia. Tomando un café en la Rambla de Catalunya esta mañana me decía que él es feliz así, y que pretende seguir mientras pueda. Al menos 10 años más.
A mi me queda mucha cuerda (estoy a punto e cumplir 56), o al menos eso espero. Participo en numerosos temas. Este fin de semana he estado corrigiendo un libro que estamos a punto de publicar en mi editorial. El próximo visitaré mi finca de olivos y almendros en el sur de Lleida. En el interín presentaré mi último libro. ¿Jubilarme? Para mi no hay mejor jubileo que el trabajo.