Leía hace unos días un informe del Forum Estratégico de la Construcción, un organismo de cooperación público-privada de la Gran Bretaña. En ese país, el sector se está tomando, por lo que parece, muy en serio el reto de modernizar un sector que ha estado anclado, durante muchos años, en un círculo vicioso que, si no se rompe, le conduce a un callejón sin salida, en el que se deberá enfrentar a la aparición de mafias, a la cultura de la corrupción, a la mala calidad de las obras y a altísimos índices de accidentabilidad. Un sector de primera categoría en cuanto a las cifras económicas que mueve y a su impacto social, pero de tercera categoría en cuanto a la calidad de su trabajo y la bondad de sus modelos de gestión. Un sector, en suma, que no atrae a las nuevas generaciones, y que se quedará huérfano de nuevos cuadros y de nuevos gestores de cara a un futuro.
La construcción. Un sector que debe repensarse
La construcción. Un sector que debe…
La construcción. Un sector que debe repensarse
Leía hace unos días un informe del Forum Estratégico de la Construcción, un organismo de cooperación público-privada de la Gran Bretaña. En ese país, el sector se está tomando, por lo que parece, muy en serio el reto de modernizar un sector que ha estado anclado, durante muchos años, en un círculo vicioso que, si no se rompe, le conduce a un callejón sin salida, en el que se deberá enfrentar a la aparición de mafias, a la cultura de la corrupción, a la mala calidad de las obras y a altísimos índices de accidentabilidad. Un sector de primera categoría en cuanto a las cifras económicas que mueve y a su impacto social, pero de tercera categoría en cuanto a la calidad de su trabajo y la bondad de sus modelos de gestión. Un sector, en suma, que no atrae a las nuevas generaciones, y que se quedará huérfano de nuevos cuadros y de nuevos gestores de cara a un futuro.