La era de la energía verde
¿Ha llegado por fin la era de la energía verde?
Creo que no hay duda de que en el presente siglo hay que sustituir los combustibles fósiles como fuente de energía. Por un lado, se están agotando. Por otro, la producción de gases con efecto invernadero está produciendo un calentamiento global del planeta, que nos conducirá a una catástrofe si no lo paramos.
Las energías verdes, las llamadas energías alternativas o energías renovables, como la hidráulica, la eólica, la solar y los biocombustibles, son las fuentes de energía del futuro. Basadas en el agua, el aire, el sol y los productos agrícolas, son limpias e inagotables. Aunque sus costes de producción son todavía, en algún caso, caros, se impondrán porque no hay otra alternativa. Y es muy probable que esos costes bajen cuando se haga un uso masivo, y avancen las tecnologías de producción.
Detrás de ese fenómeno imparable existe, probablemente, el gran negocio del siglo XXI.
El capital riesgo ya parece estar convenciéndose de ello, y los proyectos de empresas ligadas al desarrollo de esas tecnologías están recibiendo fondos privados de apoyo, en proporción igual o incluso mayor que de fondos públicos.
La aceptación del protocolo de Kioto por parte del mayor contaminador global, los Estados Unidos, puede ser el espaldarazo final a la economía verde.
Si los demócratas ganan las elecciones de este mes, el proceso de aceptación puede estar muy cerca.
En las bolsas mundiales, ya se está notando este impacto. Las compañías de tecnología de electricidad solar en Alemania, o las que apuestan en energía eólica o biocombustibles en España (Iberdrola, Abengoa, por ejemplo), ya han notado en sus cotizaciones el apoyo de los inversores.
En conclusión, la energía verde no ha hecho mas que empezar. Es el nuevo Eldorado.