La estrategia del océano azul
Encontrar nuevas vías de negocio, reinventar los negocios, es algo con lo que todos los empresarios sueñan. Quien tiene éxito en esa tarea (quizás arte) se convierte en el nuevo Amancio Ortega (Zara) o Steve Jobs (Apple).
Un libro, escrito por W. Chan Kim y Renée Mauborgne, y publicado en 2005, da una metodología de la creación de nuevos negocios, que al menos, en mi opinión, conviene explorar.
El lector de este blog encontrará un extracto del libro en el capítulo de artículos de comentarios de libros.
El libro propone una nueva aproximación a la estrategia empresarial: la estrategia del océano azul (EOA). Una estrategia heterodoxa, ecléctica, que se escapa de los cánones clásicos, a los que tilda de continuistas.
Habitualmente se busca el futuro evolucionando desde el interior de la industria, compitiendo con los mismos competidores, y pretendiendo servir las necesidades de los clientes de siempre. Esa aproximación es demasiado conservadora; y suele dar resultados muy limitados.
De hecho, en las industrias que no crecen, que son muchas, porque la oferta supera la demanda en muchos sectores, sólo crecen las empresas que se plantean salirse de los estándares habituales. Diferenciarse, en muchas industrias, es cada vez más difícil.
¿Cómo?
Adoptando lo que los autores bautizan como la estrategia del océano azul.
La estrategia del océano azul consiste en reinventarse una industria, enfocando la oferta de la empresa hacia los clientes que hasta ese momento no son satisfechos por ningún competidor, clientes a los que la industria, tal como está planteada, o no consigue alcanzar, o incluso desprecia. Para conseguirlo hay que, de alguna manera, inventar algo nuevo. Hacer algo que hasta ahora nadie hace. Hay que innovar.
Dicha estrategia consigue aumentar el tamaño del mercado, y no se enfrenta a la competencia, sino que los deja atrás.
Manejan multitud de ejemplos, como El Cirque du Soleil o Swatch. Aunque no habla de Zara, yo creo que es otro claro ejemplo de esta estrategia