¿La IA será la nueva burbuja tecnológica?
¿Es esa la explicación detrás de las recientes subidas de las bolsas?
En el año 2000 estalló la burbuja de Internet y las bolsas cayeron en picado. Los mercados habían sobrevalorado el impacto de Internet y habían llevado la cotización de las puntocom a valores estratosféricos. Hasta que alguien se dió cuenta de lo irracional de los precios y el castillo de naipes se vino abajo.
Casi un cuarto de siglo después, hay quien empieza a preguntarse si se está dando una situación similar con las valoraciones de las empresas tecnológicas arrastradas por el efecto Inteligencia Artificial (IA).
Es posible que algo de eso haya, pero la situación es muy diferente, por lo que no podemos decir de que se trate de una burbuja de las mismas dimensiones, por lo que los efectos de un eventual estallido no deberían ser tan calamitosos.
El mercado, al menos hasta ahora, sigue valorando los resultados, y no pone en precio el humo, las meras proyecciones optimistas. Las tecnológicas que dominan actualmente los mercados son empresas rentables y tienen mucho dinero en caja y poca o ninguna deuda. No era así en el año 2000.
Claro que algún síntoma de que las cosas pueden estar cambiando se empieza a notar. Por ejemplo con la salida a bolsa de la red social de Trump a un precio exagerado…
Lo que nadie duda es que la IA está empezando a provocar cambios importantes. Grandes multinacionales (Unilever, Nike, Esteé Lauder, Bosch, UPS…, según leo en eldiario.es en un artículo de Cristina Bolinches), están anunciando despidos justificándolos en caídas de la demanda probablemente por no decir a las claras que es por la aplicación creciente de sistemas de IA.
La digestión del proceso de aplicación de la IA en las empresas no será fácil desde el punto de vista laboral, como no lo ha sido la aplicación de avances tecnológicos en el pasado.
Las empresas buscan aumentar su productividad, y están en su derecho, pero el impacto social está servido. La propia sociedad debe prepararse para el cambio que arrastra la IA; por ejemplo reduciendo la semana laboral, algo que ya se está planteando en algunos países y pronto se extenderá al resto.
En fin, estamos en momentos de cambio. De hecho siempre estamos instalados en el cambio. No podemos sorprendernos de ello, sino que hemos de estar mentalizados y preparados. La innovación continua es inherente a este siglo.
¡Ah! Y los que esteis invertidos en fondos pasivos (indexados), estad atentos, porque si las bolsas caen al estilo de la crisis puntocom (aunque sea menos aparatoso) los fondos indexados pueden sufrir más que los fondos activos. Mi consejo: diversificar y poner parte del dinero en fondos activos. Mis favoritos (ya lo saben mis lectores): los fondos value globales.