La importancia de la calidad de la gestión
La calidad de la gestión es el factor más importante en el éxito de una empresa, más que el sector en el que hace sus negocios o el país en el que se ubica.
Cuando hablamos de calidad de la gestión queremos decir calidad de los gestores y calidad del sistema de gestión. Unos refuerzan al otro, y a su vez se benefician y refuerzan del mismo.
La London School of Economics y la prestigiosa consultora McKinsey hicieron un estudio en 2005 a partir del análisis de 700 empresas medianas de Francia, Gran Bretaña, Alemania y EEUU, del que se sacan numerosas e interesantes conclusiones.
La primera es la citada: los gestores son más importantes que el sector en el que la compañía compite, el entorno regulatorio o el país en el que opera.
En el estudio se demuestra también que la industria pesa más que el país, y que la combinación de industria y país refuerza el éxito, pero que lo más determinante son las buenas prácticas de gestión.
Otras conclusiones interesantes:
-Debido a la diferente regulación laboral, más flexible en EEUU y mucho menos en Europa continental, las compañías francesas y alemanas son excelentes en temas más hard como las operaciones de planta, y las americanas lo son en la gestión del talento o por objetivos (temas más soft).
-Algunas compañías muy mal gestionadas seguían vivas gracias a entornos de restricción de la competencia, o en entornos de restricciones a la contratación o al despido de personal. Cuanto más protegidas estaban esas empresas, peores eran sus modelos de gestión.
-Cuanto más jóvenes eran las empresas analizadas, mejor gestionadas en general, quizás porque los nuevos entrantes en un sector deben innovar y adoptar sistemas eficientes de gestión si quieren sobrevivir.
-Las empresas con mejores prácticas de gestión y mejores resultados no son aquellas en las que los directivos trabajaban más tiempo, sino las que tenían directivos que trabajaban mejor, de forma más eficiente y más inteligente.
-Las empresas mejores eran las que tenían entornos laborales más flexibles para sus trabajadores y directivos, lo que suponía una mayor motivación, y la capacidad de atraer a los mejores y retener a las mujeres, por ejemplo.
-Curiosamente, los empleados norteamericanos trabajan casi un día a la semana más que los franceses, tiene menos bajas por enfermedad y menos días de vacaciones, pero su nivel de satisfacción con el balance entre la vida laboral y personal es el mismo.
-Las empresas mejor gestionadas son las que invierten más en formar a sus empleados, y las que contratan a personas con mayores niveles de formación.