La ley de Metcalfe
En el mundo de las tecnologías, y de pasada en el de los negocios en general, se habla a veces de leyes de referencia, es decir, de reglas de oro que se deben seguir o respetar. En el ámbito de la tecnología específicamente muchos hemos hablado de la famosa ley de Moore en relación a la duplicación de la capacidad de los microprocesadores y la disminución de su precio por dos cada 18 meses, que ha venido cumpliéndose en los últimos 30 años, o la ley de Rock, menos conocida, que vaticinó que el coste de los equipos para el desarrollo de los microprocesadores se duplicaría cada 4 años, y que explica en parte porqué hay tan pocos competidores en la industria de los microprocesadores en estos momentos.
Pero de la ley de la que quería hablar, porque hoy me he dado de bruces con ella en un artículo de una revista, es la Ley de Metcalfe. Bob Metcalfe planteó una regla que en estos tiempos es quizás la más importante y que todos debemos observar: el valor de una red es proporcional a la dimensión de esa red, medida por el número de usuarios.
El concepto de red está cada vez más presente en los negocios en general y en las tecnologías en particular. Cuanto más usuarios adoptan una tecnología, más valor tiene. Cuantos más clientes, proveedores, colaboradores, aliados tiene una empresa, más vale.
ültimamente han salido varios críticos a esta ley, basándose en matizar que no basta con una medición cuantitativa de la dimensión de la red, sino que hay que incidir en su dimensión cualitativa. Creo que tienen razón, porque es de sentido común. Todos hemos visto batallas por conseguir el máximo número de clientes o usuarios en una tecnología o un negocio, para al final darse cuenta de que un cliente o un usuarios que no es de calidad, que no profundiza en el producto, no es rentable.
Seguiremos hablando de esto.