España es un país donde se consiente la mediocridad. Somos, en general, mediocres. Hemos de reconocerlo. No aspiramos a la máxima calidad y a la perfección cuando hacemos cualquier cosa. Cuando solemos compararnos con Alemania debemos tener eso en cuenta: allí se denosta la mediocridad, cuando aquí la tenemos por todas partes, y ni siquiera nos damos cuenta.
La precariedad es fruto de la mediocridad
La precariedad es fruto de la mediocridad
La precariedad es fruto de la mediocridad
España es un país donde se consiente la mediocridad. Somos, en general, mediocres. Hemos de reconocerlo. No aspiramos a la máxima calidad y a la perfección cuando hacemos cualquier cosa. Cuando solemos compararnos con Alemania debemos tener eso en cuenta: allí se denosta la mediocridad, cuando aquí la tenemos por todas partes, y ni siquiera nos damos cuenta.