Las consecuencias de la globalización y la irrupción de China en la industria europea
Que China ha irrumpido en el mercado global con una fuerza inusitada no es un secreto para nadie. Algunos sectores, como el textil, lo sufren en sus propias carnes. La reacción defensiva de los industriales del textil es recurrir al proteccionismo y pedir que se impongan cuotas de importación a los productos textiles chinos.
El debate está servido: fabricantes contra comerciantes. Las cuotas, de hecho, se han superado al mes de haberse impuesto. La demanda es imparable. Las cuotas no van a solucionar nada si no van acompañadas de medidas drásticas de reconversión del sector industrial que fortalezcan la oferta europea, ya sea abaratándola o diferenciándola, para que pueda competir con la china. Es posible que ello implique menos empleo, pero éste será más cualificado. Hay que hacer frente a la avalancha china con ideas, innovación, inversiones y esfuerzo; pero no limitarse a exigir medidas de proteccionismo o subvenciones, que sólo prolongarán la agonía pero no solucionarán nada.
La batalla no será fácil, porque las empresas chinas no han llegado a la economía global sólo para ser los más baratos, sino que quieren ser los mejores. están invirtiendo en instalaciones modernas, capaces de competir en calidad con la industria europea. Sólo la innovación y la diferenciación a través de la ingeniería y el diseño harán posible la supervivencia.