Las expectativas de una empresa y su valor en Bolsa
La Bolsa actúa de manera que cuando los directivos de una empresa diseñan un nuevo Plan Estratégico y lo comunican al mercado, incluidos unos objetivos concretos a alcanzar a medio y largo plazo, se produce un primer movimiento en el precio: ese movimiento es al alza si el Plan gusta, es decir, si se le ve sentido, si es ambicioso pero realista, si se plantea objetivos alcanzables; o es a la baja si los objetivos no son creíbles, por excesivamente optimistas o no son suficientemente ambiciosos (Fase de Plan).
Lo curioso del caso es que, aunque la acogida haya sido buena, salvo que el Plan incluya recortes de costes u operaciones destacables de venta de negocios marginales, lo normal es que los resultados a corto plazo empeoren, porque en una primera fase de un Plan siempre se produce lo que yo llamo el efecto raíz cuadrada es decir, al inicio cae la rentabilidad porque lo que va por delante son las inversiones, no los resultados (Fase de Implantación), y es más tarde cuando llegan los beneficios que se pretenden.
Después del período de descenso, o en el mejor de los casos de estancamiento del precio de la empresa, que supone la Fase de Implantación, si la estrategia fue acertada, llegan los resultados: es el momento de las alzas. Es cuando la dirección de la empresa comunica unos espectaculares crecimientos de negocio y beneficios, y la acción sube como la espuma (Fase de Expectativas).
Si las expectativas que se habían creado se alcanzan, el precio no cambia. Curiosamente, si esas expectativas no se alcanzan, por buenos que sean los resultados, el precio cae. Para que la acción suba, los resultados deben superar las expectativas (Fase de Resultados).
Tenemos, en resumen, cuatro fases típicas en la evolución del precio de una acción:
Plan: precio al alza, si es creíble.
Implantación: precio a la baja, salvo que haya actuaciones drásticas inmediatas (recortes de gastoso o ventas de negocios marginales).
Expectativas: precio al alza, si son buenas.
Resultados: precio a la baja, si no se superan las expectativas; al alza si se superan.
¿Cuál es el truco?
Los directivos deben hacer planes con una buena combinación entre realismo y ambición, tratan de incluir acciones drásticas inmediatas, marcan expectativas a poder ser superables, y procuran superarlas con inteligencia y trabajo.
¿Parece fácil, no?