Lo que ha cambiado en esta crisis es el balance de riesgos
Lo que mueve la economía es el balance de riesgos.
A la hora de invertir o de abordar nuevas empresas, o a la hora de tomar decisiones de inversión, siempre hay un elemento presente en la mente de inversores o empresarios: el riesgo.
El riesgo se mueve en relación a dos factores: rentabilidad y liquidez.
Por un lado, una ley económica natural afirma que a mayor riesgo debe corresponderse mayor rentabilidad; y viceversa, una alta rentabilidad debe ir acompañada de un mayor riesgo. Cuando esa ley no se cumple es que algo no funciona bien.
Por otro lado, mayor riesgo significa normalmente menor liquidez, y menor riesgo mayor liquidez. Liquidez que suele ir acompañada por rentabilidad de forma inversa: más liquidez, menos rentabilidad y menos liquidez más rentabilidad.
En conclusión: las opciones con mayor rentabilidad y menor liquidez están asociadas a mayor riesgo. Y eso explica en gran parte el momento que vivimos.
Hasta el inicio de esta crisis, el riesgo no era lo más importante, y por eso el objetivo de todos era la rentabilidad a ultranza, aunque el negocio fuera arriesgado y la liquidez mínima. La financiación era barata y accesible, porque el propio sistema financiero estaba ebrio de rentabilidad y todo el sistema económico parecía inmune al riesgo.
Ahora estamos en la situación totalmente contraria: el riesgo es lo primero. Todo el mundo es sensible al riesgo, más que nunca. Prima la liquidez ante la rentabilidad. No importa tanto ganar dinero como no perderlo.
Hasta que la balance del riesgo, como la de la justicia, no se reequilibre, el sistema económico global estará desencajado. Hagamos lo posible, todos, porque ese reequilibrio se alcance cuanto antes. Se trata de volver a la prudencia y al equilibrio a la hora de tomar nuestras decisiones diarias de inversión, financiación o inicio de cualquier tipo de negocio. Incluso nuestras decisiones de consumo.
Los americanos, que le ponen nombre a toda novedad, ya empiezan a hablar del CRM, el Chief Risk Manager. Nosotros hemos de darnos cuenta de que se trata de esto, dejar de buscar demonios por todos lados, y ponernos a trabajar para superar esta crisis. Con un par de años de perspectiva veremos que se trata de una crisis más. Como cualquier otra. Aunque ahora nos parezca que se ha de acabar el mundo.