Los grandes problemas estructurales que afectan al crecimiento mundial
El mundo está experimentando cambios estructurales que no los percibimos pero que están suponiendo en contexto económico y social (incluso político) completamente nuevo. Cuanto antes lo entendamos, como inversores y como empresarios y directivos, antes sabremos cómo actuar y encontraremos respuestas a un mundo cada vez más complejo y convulso. Es el mismo síntoma que denota la corteza terrestre cuando se está produciendo un terremoto.
¿Cuáles son esos elementos?
Yo percibo los siguientes (y seguro que me dejo alguno):
La robotización de procesos, que supone una pérdida continua de empleos, tanto en el sector industrial como en el de servicios.
El declive del consumismo en muchos países desarrollados, donde las nuevas generaciones reniegan del afán de tener más de sus padres. El sector que va estar impactado principalmente por este fenómeno es el de la automoción. Pero habrá muchos más. El crecimiento en las ventas será cada vez más difícil. Sobre todo para los grandes productores, a quienes se ve como los paladines del capitalismo y el consumismo.
El cambio climático y la concienciación de la población mundial sobre las consecuencias del mismo. La economía circular es y va a ser cada vez más la única salida. Quienes no se planteen su modelo de negocio para consumir las mínimas materias primas y la mínima energía y arrojar los mínimos desechos, están perdidos. Ya no se trata de vender productos ecológicos, se trata de ser y comprometerse con el clima y la sostenibilidad. Va muy ligado al punto anterior.
El envejecimiento de la población mundial, y en especial la de los países desarrollados, y en especial Japón y Europa. Los países de viejos no aguantarán el crecimiento económico actualmente exigido a las empresas.
La digitalización general de la economía, que los smartphones y cada vez más el Internet de las cosas (IoT, Internet of Things) están llevando a los rincones más remotos y a los procesos más inverosímiles, provocando de nuevo la aparición de nuevas empresas que van a reemplazar a las actuales y reduciendo drásticamente el empleo. Estoy pensando en la desaparición de las agencia de viaje, de las sucursales bancarias o los quioscos, por ejemplo. O al menos la redefinición drástica de su papel, a la vez que se reduce su número.
La globalización, que hace que cualquier empresa pueda competir en cualquier lugar del mundo, y que ninguna empresa pueda dormirse en los laureles. Y que cada vez más personas busquen empleo fuera de su lugar de origen. Eso explica muchas cosas, una de ellas la aparición de China como segunda potencia mundial. Con el tiempo se acabará de imponer el inglés, desaparecerá el pasaporte como lo conocemos ahora y evolucionaremos hacia una moneda global. La asimetría entre el poder político y el poder económico global es insostenible. La Union Europea es un ejemplo de ello. La existencia de los paraísos fiscales es otro ejemplo. Y también lo es la delincuencia y el terrorismo mundial. Mientras esas asimetrías no se resuelvan, el mundo no será un lugar justo o seguro donde vivir..
El enfrentamiento de civilizaciones, causa de inestabilidad política en muchos puntos del globo, y consecuencia de la ausencia de un gobierno mundial creíble y poderoso. Es muy larga la lista de enfrentamientos, pero destaquemos algunos: islamismo-cristianismo (empezando por Israel-Palestina y siguiendo por el Estado Islámico contra el mundo), chiies-suníes, comunismo-capitalismo (Corea del Norte-Corea del Sur, China-Japón, Venezuela-EEUU, Colombia-FARC, etc.), etc.
La inviabilidad del contrato social en las sociedades occidentales, mientras no se modifiquen los parámetros y no se implanten gobiernos más eficientes y honrados y la ciudadanía no admita los límites del estado del bienestar. Lo que está provocando déficits enormes en muchos estados y una crisis del estado del bienestar que se viene denunciando hace tiempo. La lista de países que lo sufren es larguísima (empezando por España, Francia o Italia, y siguiendo por Japón, por ejemplo).
La profundización de las desigualdades, tanto en los países desarrollados como en los emergentes. Lo que no sólo provoca un éxodo continuo de emigrantes Sur-Norte (especialmente en EEUU y en Europa) sino que también se da en los propios estados desarrollados donde la clase media se ve reducida diariamente para engrosar las filas de la clase baja, y los economistas se quejan de que el consumo no crece. Si seguimos así, no crecerá nunca. Muchos de los elementos que acabamos de citar están nutriendo la desigualdad continuamente, ahora tanto o más que nunca. Ya hay quien compara este período con la Revolución Francesa, y los más exagerados con la Edad Media.
La aberración de la desaparición de los intereses en el mundo occidental, incluso el pago de intereses negativos, como consecuencia de las actuaciones de los bancos centrales tratando de reanimar las economías nacionales respectivas (Japón, Eurozona y muchos más), sin atacar los problemas reales, que acabamos de citar. En paralelo están hundiendo el negocio bancario y animando actitudes inflacionistas en algunos sectores, que no conducirán a nada bueno. Si el dinero no cuesta nada, se hacen cosas que no se harían en una situación normal.
Todo ello conduce a menos empresas globales (mortalidad que afectará a las bolsas) y pequeñas empresas locales, muy especializadas y focalizadas, Las empresas medianas son una opción, pero sólo como estrellas fugaces, en tránsito de pequeña exitosa a gran empresa.
Son muchos problemas, que sin duda se irán solucionando a largo plazo, pero que hoy nadie puede dudar de que configuran un panorama absolutamente nuevo, al que hay que acostumbrarse y en el que son necesarios, más que nunca, gestores (económicos y políticos) muy perspicaces. Y desgraciadamente no siempre los tenemos.