Los macro-fondos de capital riesgo van a tomar las Bolsas
Hace unos días afirmaba Javier Loizaga, consejero delegado de la gestora de capital riesgo Mercapital, en una charla en ESADE, en Barcelona, que muchos grandes inversores prefieren invertir a través de las gestoras de capital riesgo, a hacerlo directamente en Bolsa. El argumento es muy simple, y tiene sentido: los equipos gestores de las empresas cotizadas se acomodan al puesto, porque el control que ejercen sobre ellos los consejos de administración, y las juntas de accionistas, es muy débil. En consecuencia, se relajan, y su prioridad deja de ser maximizar el valor para el accionista. El accionista no cuenta, aunque se hagan ímprobos esfuerzos (según Loizaga, baldíos) para mejorar las prácticas de lo que ahora se llama el gobierno corporativo.
Las gestoras de capital riesgo, sin embargo, sí que ejercen un control cercano y efectivo sobre los equipos directivos, e influyen ciertamente sobre las estrategias y las decisiones de las empresas en las que invierten, de modo que su prioridad es la creación de valor para el accionista. La consecuencia de todo ello es que los inversores obtienen rentabilidades mayores de los fondos de capital riesgo que de los fondos de inversiones bursátiles al uso.
Quizás eso es lo que explica, en parte, el éxito del capital riesgo en general, y el crecimiento de los fondos de capital riesgo en particular, en los últimos años.
Ahora decía Loizaga- se están levantando fondos con recursos suficientes para comprar prácticamente cualquier empresa de las cotizadas en bolsa en cualquier país del mundo (quizás excepto las 20 ó 30 primeras). Y eso parece que es lo que van a hacer un conjunto de 10 ó 20 macro gestoras globales que están en la gran liga mundial. Van a escudriñar cualquier empresa, de cualquier tamaño, por grande que sea, que se considere susceptible de ser comprada y apartada de la Bolsa, para revitalizarla (con mejor estrategia, mejor equipo, fusionándola con otras...) y, más adelante (2-3 años), devolverla a la Bolsa, como nueva, a un precio, a poder ser, 3 ó 4 veces superior.
Los inversores de a pie, si tenemos ese factor en cuenta, podemos beneficiarnos ahora de ese fenómeno.
De ser cierto, vamos a experimentar una palatina subida de cotizaciones, al haber tantos y tan poderosos compradores al acecho. Y, si escogemos bien nuestras apuestas (acertando con las empresas que van a ser objetivo del capital riesgo) podemos ganar bastante dinero (de hecho, ganaremos una parte de la prima que paguen para sacarlas de bolsa).
¿Será esa una posible razón para que 2007 sea un magnífico año bursátil, a pesar de la subida experimentada por las cotizaciones en 2006?