Los tres elementos que marcarán los próximos 50 años
Coincido con McKinsey en que los tres temas que van a marcar la gestión empresarial en los próximos años son:
1. La evolución meteórica de la tecnología y la conectividad. Las capacidades de comunicación y proceso de datos llegarán a todas las personas, a todas las cosas, a todos los procesos y a todos los rincones del mundo. Lo que estamos viviendo ahora es sólo una mínima parte de lo que vamos a ver en las próximas décadas. Lo que hemos visto en películas de ciencia ficción será en unos años una realidad. Los negocios caerán o subirán al ritmo de la adopción de la extensión de las TIC. Ninguna empresa estará a salvo. Nadie se podrá dormir en los laureles.
2. El desplazamiento del centro económico mundial hacia el Este y hacia el Sur. China e India seguirán creciendo y asumiendo un protagonismo en la economía mundial. Pero también Brasil o África. El mundo será menos occidental y nórdico y cada vez más oriental y sureño. Como consecuencia emergerá una clase media que supondrá el gran mercado de las próximas décadas. Las empresas se habrán de preparar para posicionarse en ese nuevo mercado, si quieren ser alguien en el próximo futuro.
3. El envejecimiento mundial. Los países occidentales y Japón van por delante, pero el índice de natalidad por debajo del umbral de mantenimiento poblacional (1,2 niños por mujer) se está extendiendo por todo el mundo (en 2013 ya afectaba a países que representaban el 60% de la población mundial). La población mundial va a dejar de crecer en el horizonte de los próximos 50 años. Y la población será cada vez más vieja, tanto porque nacen cada vez menos niños como porque las personas mueren cada vez a mayor edad. Las empresas van a tener que tratar ese hecho como una amenaza, pero quizás también como una oportunidad.
A esos tres elementos habría que añadir, en mi opinión, el agotamiento de los recursos naturales. Me refiero al petroleo o a las tierras de labor, o a la pesca. Y a la disponibilidad de espacio para guardar las basuras o a la contaminación del aire o el agua, o al calentamiento global.
Las empresas habrán de tener tener en cuenta todos estos elementos para definir sus estrategias de hoy y del futuro. Nadie se podrá permitir actuar contra estas tendencias. Todas las estrategias de éxito se deberán construir sobre ellos.