Los bancos de todo el mundo están en su peor momento. Y tras ellos lo está toda la economía. El problema que los atenaza es doble. Por un lado, las dudas sobre la evolución de sus beneficios si la economía mundial entra en una fase de recesión. Por otro, y quizás más importante, las dudas sobre el valor de sus activos, tanto la deuda pública que muestran en sus balances de países con dificultades financieras graves (especialmente en Europa: Grecia, Portugal, Irlanda, España, Italia y Francia son por ahora los más penalizados), como el valor de los préstamos hipotecarios y de los activos inmobiliarios que los garantizan, especialmente en el caso irlandés y sobre todo el español.
Malos tiempos para la banca
Malos tiempos para la banca
Malos tiempos para la banca
Los bancos de todo el mundo están en su peor momento. Y tras ellos lo está toda la economía. El problema que los atenaza es doble. Por un lado, las dudas sobre la evolución de sus beneficios si la economía mundial entra en una fase de recesión. Por otro, y quizás más importante, las dudas sobre el valor de sus activos, tanto la deuda pública que muestran en sus balances de países con dificultades financieras graves (especialmente en Europa: Grecia, Portugal, Irlanda, España, Italia y Francia son por ahora los más penalizados), como el valor de los préstamos hipotecarios y de los activos inmobiliarios que los garantizan, especialmente en el caso irlandés y sobre todo el español.