Miserables en tiempo
Es un hecho irrefutable que en las sociedades occidentales el bien más escaso es el tiempo. Probablemente porque queremos abarcar más de lo que podemos. Es, desde luego, y lo confieso sin pudor, mi caso.
A la hora de repartir el tiempo, a las obligaciones que tenemos (o nos creamos) debemos añadir los ratos de ocio a los que no queremos renunciar. El resultado es que a menudo "barcamos mucho y apretamos poco".
El resultado, por lo que respecta a este blog, es que lo tengo abandonado, y con ello a mis pocos pero fieles seguidores, que son unos santos.
Prometo encontrar más tiempo, para comentarios al menos cortos.