Es conocida la falta de cultura empresarial del periodismo en España. O la falta de escrupulosidad a la hora de informar de asuntos económicos; siempre en busca de los titulares fáciles.
Una costumbre que me molesta en especial es la confusión de sociedades con empresas. Por ejemplo, acabo de leer que “en 2022 se cerraron en España 26.207 empresas, y se crearon 99.067”. La fuente de información habitual es la del Registro Mercantil, que es la fácil y la más inmediata. Y en el Registro se apuntan “sociedades”, pero no se apuntan “empresas” (que pueden ser sociedades o no).
Lo normal es que se creen o se liquiden (se cierren) muchas más sociedades que empresas. Las sociedades pueden ser empresas, en el sentido propio de negocios que tienen una actividad industrial, agrícola o de servicios, o no serlo. Muchas sociedades son meros vehículos patrimoniales de tenencia de activos, o el paraguas legal a una actividad profesional autónoma. La creación de sociedades responde a razones diversas, pero generalmente fiscales. La creación de empresas de verdad responde a otros factores, más ligados con el emprendimiento real.
A los que vivimos en Catalunya se nos explica que X empresas han dejado la Comunidad, porque han cambiado se domicilio social. En realidad se refieren a sociedades, muchas de ellas de carácter patrimonial, que buscan entornos fiscales más amables y menos inciertos. Las sociedades se cambian de domicilio o se liquidan con muchas mayor facilidad que las empresas.
En suma: no hay que confundir sociedades con empresas. Hilemos un poco más fino…