No es de extrañar que los mercados estén nerviosos
No solo la Covid 19 y el regreso de los rebrotes en todo el mundo pone nerviosas a las bolsas, sino las noticias de que la exuberancia irracional a la que habían llegado los mercados está dando señales de haber llegado a su fin; es decir, de que va a acabar imponiéndose la cordura, como ha pasado, más pronto o más tarde, siempre.
Dos ejemplos relativos a la locura del automóvil sostenible, representada en este caso por Nikola y Tesla.
Nikola, que anunció un camión empujado por hidrógeno (y que toma su nombre del famoso inventor Nikola Tesla), está en apuros por denuncias de haber engañado a los mercados en lo referente al avance de sus productos. De hecho su CEO ha dimitido y la SEC está investigándolos. Su cotización, que había ascendido a la luna, ha caído un 30%
Tesla también ha ascendido a los cielos, porque su fundador y CEO, el ínclito Elon Musk, no parece tener techo. Pero este año ha prometido al mercado que entregaría 500.000 vehículos, pero en el primer semestre solo ha entregado 179.000, por lo que será muy difícil que cumpla su promesa. Si eso ocurre, sin duda los inversores castigarán su cotización, bajándolo al menos un escalón del pedestal en el que lo han puesto.
Tiempos revueltos, amigo Sancho...