Otro intento de La Caixa de crear una gran “multiutility”
Ayer se anunció la OPA de Gas Natural sobre Endesa. La operación es de un gran calibre, y La Caixa debe haberla sopesado bien, porque no se puede permitir, en mi opinión, otro fiasco como el de la fallida fusión de Gas Natural con Iberdrola. Ahora están las posiciones políticas más favorables a que se produzca, con los socialistas en el gobierno de Madrid y Barcelona, sedes de ambas empresas. Es una operación que hay que analizarla desde al menos tres perspectivas, en mi opinión: política, económica y de competencia.
Perspectiva política La aprobación de la operación va a depender del consejo de Endesa, cuyo mayor accionista es Caja Madrid, si no me equivoco, y de la postura del Gobierno a través de la Comisión Nacional de la Energía. De fondo está la pugna política entre PSOE y PP, e incluso entre territorios (Madrid-Barcelona). Los argumentos en contra que se van a esgrimir se moverán alrededor de la teórica defensa del consumidor, y del desplazamiento a Catalunya del control de la mayor empresa de energía del país, con los riesgos ligados a las posturas nacionalistas tan denostadas desde los cenáculos conservadores y españolistas de Madrid. Pero el problema del consumidor tiene solución racional, que los técnicos deben diseñar y obligar a implantar. El problema de la dependencia de Barcelona es más complejo, pero entra en la dinámica política de un país (España) que si quiere dar respuesta a las ansias de independencia de algunas de sus regiones ha de evitar que éstas se sientan españolas cuando le interesa a Madrid, pero no españolas cuando no les interesa, como sería este caso. Es decir, Catalunya no puede ser discriminada por ser Catalunya, o de lo contrario se entrará en un círculo vicioso que nos puede conducir a lo peor. Confío por tanto en que la operación saldrá adelante desde la perspectiva política.
Perspectiva económica La idea de crear una gran empresa de energía, que sería la 3ª a nivel europeo y mundial, y desde luego la primera en España y Latinoamérica, parece un paso acertado en un mundo cada vez más global. Pero la gran apuesta es por un modelo de negocio distinto al que hasta ahora han tenido las empresas de energía y las empresas eléctricas en relación a los servicios a los hogares y las empresas: la multiutility. Es decir, la oferta de servicio de energía de cualquier tipo, quizás agua, e incluso quizás telecomunicaciones, en un solo paquete, por una única empresa. Los partidarios del modelo, que no son mayoría, creen que los ahorros de costes que ello puede suponer, y su volcado al mercado al menos en parte, puede hacer del modelo algo inmejorable tanto desde la perspectiva del cliente como de la del accionista. Los detractores del mismo, son más escépticos respecto a los ahorros de costes, y totalmente contrarios a la pérdida de competencia que ello pueda suponer. La apuesta de La Caixa, defendida por Antonio Brufau, y por la dirección de Gas Natural, que ya actúa en consecuencia en el día a día, ofreciendo electricidad y soluciones de telecomunicaciones a sus clientes, es clara y decidida a favor de ese modelo. ¿Quién tendrá razón? Si la OPA tiene éxito, podrán poner en acción sus ideas. La cuestión es ahora saber qué pasos van a dar más allá de la fusión con Endesa, y qué movimientos van a forzar en el sector de servicios básicos. Una de las empresas que van a verse afectadas es sin duda Aguas de Barcelona, que está en la órbita de La Caixa, pero hay más afectados colaterales: Suez (¿es posible que se sume a la fusión?), Caja Madrid (¿qué obtendrá a cambio de aceptar la operación?), Iberdrola (que ya se habla de que ha llegado a un acuerdo para quedarse los activos que deba vender la nueva empresa), etc.
Perspectiva de la competencia En comunidades como Catalunya, donde Endesa/FECSA y Gas Natural están compitiendo a cara de perro cada día, tratando de robarse mercado uno al otro, tanto en el segmento de hogares como en el de empresas, la operación va a requerir un seguimiento muy estrecho de la CNE y de las autoridades de defensa de la competencia. Ha de promoverse la competencia (gran favorecido Iberdrola) y ha de favorecerse la liberalización (una asignatura todavía pendiente en el sector). Si no se consigue dar una seguridad suficiente de que esto va a ser así, la operación puede tener problemas. Las dos empresas se han de mostrar dispuestas a dejar entrar a competidores, por su propio interés. Las asociaciones de consumidores ya han reaccionado expresando su preocupación, cuando no su rechazo. Sólo callarán con medidas claras y decididas a favor de una mayor competencia. Si se sabe hacer bien, quizás no haya mal que por bien no venga