¿Política industrial? No, gracias.
El libro The world is flat que estpy acabando de leer y del que les llevo hablando hace tiempo, es un saco de sorpresas, pero de interesantes sorpresas.
Una de las muchas afirmaciones que hacen pensar es la de que no hay mejor política industrial, referiéndose a los Estados Unidos, que tener un sistema financiero que permite que los negocios crezcan e innoven con la seguridad de que van a recibir el dinero que necesitan del mercado financiero, y la protección necesaria del sistema jurídico.
Aboga por menos intervencionismo y más facilidades para que el dinero llegue a los proyectos innovadores, y que sea el sector privado quien decida a qué proyectos apoyar, y lo haga con la esperanza de obtener un beneficio superior a cambio de un riesgo superior. Pero sin subvenciones o apoyos públicos.
¡Los Estados Unidos no tienen política industrial! Y sin embargo son la mayor potencia económica del mundo. Su política industrial no la definen unos burócratas en un ministerio, sino que la definen y la aplican los mercados, de forma implacable pero eficiente. Es el capital riesgo y la Bolsa quienes apoyan a unos proyectos u a otros. Sin favoritismos ni corruptelas, sin utopías ni falta de realismo. Los mejores tienen la oportunidad de tirar adelante los mejores proyectos.
Esa no es la situación en España ni mucho menos. Ni en otros países.
De hecho los empresarios pioneros de verdad lo primero que buscan es capital riesgo; es decir, alguien que confíe en ellos y apueste por ellos. Y que les ayude, pero no sólo con dinero o con buenas palabras, sino con gestión. Sólo después miran a los poderes públicos.
¡Líbrenos Dios de los empresarios que antes que nada se van a los ministerios o consejerías a buscar dinero! Con el tiempo son "subvencionadictos", y se olvidan de que emprender es arriesgar.
Bien es verdad que hay países en los que a falta de dineros privados sólo hay esperanza en el dinero público.