¿Por qué la gasolina está tan cara?
Porque hemos entrado de pleno en el período de transición energética
Los altos precios de los combustibles no solo se deben a que los países productores no se avengan a producir más, son varios los factores que influyen.
Desde luego es porque Rusia no puede poner todo su petróleo en el mercado, debido a las sanciones de Occidente, y porque Arabia Saudita no se aviene a abrir más la espita. Pero también es porque las infraestructuras necesarias para que el petroleo fluya a los depósitos de los usuarios no se renuevan o amplían. Hablamos de nuevos pozos, oleoductos, refinerías, barcos petroleros e incluso gasolineras. ¿Por qué pasa eso? Pues porque el futuro del petroleo está marcado por una fecha de caducidad. El mundo ya asume que el petroleo tiene sus días contados.
En ese contexto, ¿quien se anima a invertir en esa industria? Literalmente nadie.
Y esa ausencia de inversión recae en un aumento de costes y una disminución de la oferta. Como la demanda no está cayendo al mismo ritmo, ya tenemos un cuadro perfecto de escasez y, por tanto, de encarecimiento.
Pero es que, además, ese encarecimiento ya les viene bien, indirectamente, a algunos. veamos a quien:
A los países productores, porque van a vender el petroleo que tienen a un precio más alto, lo que les permitirá hacer una reserva para reconvertir sus economías. O al menos intentarlo.
A las petroleras, porque también deben prepararse para la reconversión, antes de que su negocio desparezca. Todas están invirtiendo en energías renovables o en alternativas a los combustibles fósiles, como las baterías eléctricas o el hidrógeno.
Incluso a los movimientos ecologistas, y en general quienes apuestan por combustibles alternativos no contaminantes, que están viendo un renacer del boom del coche eléctrico y que esta situación les parece como la mejor campaña comercial que podrían haber imaginado.
En conclusión, un problema a corto plazo pero una bendición a largo.