¿Por qué no tenemos grandes empresas?
Porque hay un escalón, el de los 6 millones de facturación, que no se atreven a subir los pequeños empresarios.
Así de claro lo dejó dicho el catedrático Antón Costas en una charla en la escuela de negocios ESADE en Barcelona. Citó un estudio reciente que lo demostraba con datos. Parece ser que a ese tamaño los empresarios o paran, o venden, o prefieren crear empresas más pequeñas.
Hay, por lo que parece, un MIEDO AL TAMAÑO. Sería interesante buscar la razón de ese miedo. Animo a mis lectores a sumarse a ese debate.
Yo apunto una primera razón: el escalón fiscal, porque la ley dice que a partir de una determinada facturación (creo que ahora está en los 8 millones de euros de facturación, pero no hace mucho estaba precisamente en los 6).
Y otra: el paso de pequeña a mediana empresa asusta a los empresarios, porque les obliga a cambiar el estilo de gestión, pasando a ser menos personalista e informal, más transparente, menos intuitivo, y para muchos es un salto al vacío, que les aterroriza, y prefieren malo conocido que bueno por conocer. "Para qué liarme con lo bien que estoy. Ya gano dinero suficiente", dicen.
El problema es que, en la mayoría de sectores competitivos, crecen no es una elección, es una obligación. Quien no crece, a la larga muere.