¿Porqué no dominamos la empresa que dirigimos?
Como empresario me ha pasado, y me pasa cada día, que me siento frustrado porque la empresa no es cómo querría que fuese. Los planes que diseño, los proyectos que imagino, no se implantan cómo yo querría, o si lo hacen, siempre es con mucha más lentitud de lo que había imaginado.
Como consultor he conocido a muchos empresarios y directores generales que sentían lo mismo.
Conseguir que una empresa se comporte como un manejable y dócil navío, veloz y obediente, y no como un pesado y lento carguero, resabido y poco fiable, es una misión que a veces se antoja imposible. Pero en la que no se puede cejar.
El empresario ha de poner en conjunción cuatro factores:
Capital
Personas
Sistemática de actuación
Herramientas de productividad
Hacer que la cadena de personas y actuaciones que van del consejo de administración al primer directivo, de éste al resto de directivos, y de éstos a cada empleado, es un aspecto básico de la gestión de cualquier empresa.
Y hay quien piensa que el problema está en los empleados. A veces es así; pero lo normal es que el problema principal esté en los directivos. Directivos que no responden a los planteamientos del primer directivo. O gerentes que no responden al encargo del consejo.
Es un problema, en suma, más grave de lo que parece.
Como afecta a las personas más poderosas de la empresa, parece que no sea importante; pero lo es. La mayor parte de los jefes ejecutivos lo arrastran con resignación.