¿Qué le espera a España?
Estamos los españoles asustados por lo que pueda pasar en los mercados financieros mañana. Al menos yo lo estoy.
¿Es comparable España a Grecia? ¿Qué riesgo hay de que España entre en default, es decir, deje de pagar su deuda pública? Esa es la cuestión básica de fondo.
Nadie duda de que la situación económica de España es delicada, grave.
El país debe regenerar su economía sobre bases más sólidas de las que le sirvieron para crecer en los años entre 1992 y 2008. Fueron los años del boom del ladrillo. Se construyó en dimensiones descomunales y los españoles, los inmigrantes y los jubilados europeos lo compraron todo. Los inmuebles, en cualquiera de sus formas (solares, pisos, locales, naves, parkings) se convirtieron en el refugio de la inversión de los ahorros de todos los españoles. Las inversión inmobiliaria hurtó a las empresas industriales y de servicios los capitales que necesitaban. La productividad parecía un invento foraneo. La I+D+i parecía cosa de tontos. Con comprar inmuebles y esperar un poco para venderlos con enormes plusvalías era suficiente. Obviamente, tampoco era necesario educarse. De hecho, los más brutos eran los más ricos.
En paralelo, los españoles se acostumbraron a consumir como locos. Cosas necesarias y cosas innecesarias. Eramos ricos y había que aprovecharlo. Nuestro presidente Zapatero incluso nos lo recordaba. Nos animaba a adelantar a los italianos e incluso a los alemanes.
Nuestros jóvenes dejaban la escuela para dedicarse a la construcción. Los agricultores jóvenes dejaban el campo para dedicarse a la construcción o los servicios. Todo valía y todo se vendía.
Ahora ha vuelto el sentido común. Han tornado las cosas a su sitio, de donde no debían haberse salido.
En conclusión, a España le queda un gran camino por hacer. Y no va a ser fácil.
Pero ¿tiene margen el país?
Esperemos que si, si se asume el diagnóstico con valentía y se abordan medidas adecuadas.
El déficit público se ha disparado, pero el país no es el de mayor déficit de Europa. Y la proporción de deuda pública respecto al PIB del país está por debajo de la media de Europa. España tiene margen para superar esto sin sobresaltos. Ojalá sepa cómo usarlo.