Qué papel juegan el crecimiento y el ROIC en la creación de valor
El crecimiento es una vía de creación de valor, sin duda alguna. Pero no lo es en todas las empresas. Ni tampoco lo es en todos los estadios de desarrollo de un negocio.
En las empresas que tienen una tasa baja de rentabilidad sobre los capitales invertidos (ROIC), crecer puede no representar ninguna creación de valor. Incluso puede llegar a destruirlo.
Son las empresas que han alcanzado una alta tasa de ROIC las que están en disposición de aprovechar el crecimiento, si éste se encauza de manera adecuada y en el momento adecuado, cuando la tasa de ROIC está estabilizada y existe un riesgo de que el negocio se estanque si ni se abordan nuevos mercados.
El ROIC sigue una pauta en U en el desarrollo de una empresa.
En la etapa de lanzamiento es normal que se empiece con poco capital, por lo que cuando llega el beneficio, el ROIC es altísimo.
Pero el crecimiento es inevitable, y con él nuevas inversiones, que rebajan el ROIC en paralelo al esfuerzo inversor. Los márgenes se estabilizan a la baja, al posicionarse en marcados más amplios, y en paralelo crece el capital invertido. El ROIC se resiente.
En algún momento se alcanza una velocidad de crucero y una estabilidad, que permite estabilizar las inversiones, y el beneficio, y con él el ROIC, resurgen al alza, hasta alcanzar un determinado nivel de crucero sobre el que gira a largo plazo la rentabilidad de los accionistas de aquel negocio.
Sólo circunstancias especiales lo hacen caer o subir. Subir porque se frenan totalmente las inversiones o porque se encuentra un filón de mercado que catapulta de forma extraordinaria la rentabilidad. Caer porque los beneficios caigan, ya sea por caida del mercado o por haber errado en la estrategia de crecimiento.
Leía hace poco un artículo del McKinsey Quarterly que mostraba las conclusiones de un estudio hecho con 500 compañías cotizadas norteamericanas, en el que se demostraba que las altas tasas de crecimiento no habían creado valor en las mismas salvo que se tratara de empresas con un alto ROIC. Las de bajo ROIC, aunque crecieran no creaban valor.
El artículo también demostraba que a los largo de más de 30 años, las compañías de bajo ROIC no lo mejoraban, y las de alto ROIC lo mantenían, quizás demostrando que el modelo de negocio o la cultura corporativa que asume una empresa la determinan totalmente, para lo bueno o para lo malo, y es muy difícil cambiarlos.